Cuentas de alegría

¿Cuál es la historia de la marca? Siempre me ha gustado muchísimo la estética de los años 90 y los 2000. Nací en 1991 en Sevilla y siempre me ha dado nostalgia ese recuerdo de los años felices de mi infancia, cuando la única preocupación era jugar. Soy de una familia numerosa, pasaba mucho tiempo con mis hermanos y nos gustaba mucho disfrazarnos. Teníamos un baúl lleno de ropa de mi madre y a eso le llamamos disfraces, en realidad era una ropa que ahora se consideraría “vintage”. Ahí empezó mi pasión por esa estética. Al crecer y ver que vuelve a la moda, he recordado esos momentos felices. En el confinamiento, tener tanto tiempo libre me sirvió para retomar viejas pasiones y aficiones que tenía, como hacer collage, bisutería, dibujar... Decidí llamar “Aleatoria.shop” a la tienda porque aún no sabía en qué me iba a centrar y eso me daba la libertad de poder vender en mi tienda todo lo que se me ocurriera dentro de las cosas que sabía hacer. ¿Cuál es la filosofía de la marca detrás de cada pieza? Estamos acostumbradas a un mundo en el que todas las piezas que compramos en tiendas grandes están hechas por fábricas y máquinas, pensadas a gran escala y para un público muy amplio. Como a mí siempre me ha gustado la ropa vintage y todas esas cosas de otra época, quería que la persona que compra, al llevar mis piezas, se sintiera única porque en realidad para mí no tiene sentido que una tienda venda del mismo collar o la misma camiseta miles de veces, cuando todas somos diferentes. Entiendo que por la necesidad de encajar que tenemos las personas en una sociedad como la actual utilizamos esas mismas prendas, pero creo que tenemos que llevar lo que realmente nos hace sentir cómodas utilizando una estética que a cada una le guste. Por eso, poder personalizar la bisutería que hago me parece no solo bonito, sino justo; para que cada persona lleve lo que realmente le hace sentir cómoda y sea ella la que intente que la pieza encaje en ella. Tu marca se caracteriza por piezas muy alegres. ¿Qué valor le aporta esto a tus diseños? Creo que es más bien una cuestión estética. Como hoy en la sociedad hay tantos problemas, siento que al llevar puesto encima algo tan colorido, tan alegre, tan feliz también es una manera de intentar sacar esa parte alegre que tenemos todas dentro y que estamos deseando enseñar. La moda últimamente se caracterizaba por colores más neutros y yo reivindico otra vez la presencia del color. Vuestro principal material son las cuentas de colores. ¿Cómo de versátiles son para crear? Muy versátiles. Date cuenta de que, aunque solamente se usaran cinco colores ya son suficientes para crear combinaciones casi infinitas. La mayoría de las cuentas que utilizo son realmente de los 90 y principios de los 2000, entonces tengo muchísimos abalorios diferentes, como frutas, caritas, cuentas de colores de varios tamaños, letras de varios colores... Todo eso me da una gama enorme y una versatilidad y sobre todo, mucha libertad creativa. ¿Cómo es el proceso de trasladar una idea creativa a una pieza? Creo que el proceso es a la inversa. Yo cojo el material y empiezo a poner cuentas. La idea muchas veces es simular que la pieza es aleatoria, que las cuentas de colores están puestas de manera aleatoria, aunque realmente no es así. Pero siempre parece que es la pieza y la creación la que me elige a mí y no al contrario. ¿Contáis con un cliente ya definido? ¿Cuál es el estilo de la gente que compra vuestras piezas? Son sobre todo mujeres jóvenes y lo curioso es que no suelen ser tan jóvenes como se imagina. Van de los 25 hasta los 40 o 42 años, incluso muchas compran para ellas y para sus hijas. Estoy haciendo gran cantidad de collares personalizados para familias, tanto para hijas como para madres que les explican a las niñas el porqué de esa estética. Por supuesto a las niñas también les gusta mucho esos colores tan llamativos. ¿Por dónde crees que pasa el futuro de la bisutería dentro del mundo de la moda? He visto que muchas de las clientas tienen un estilo mucho más neutro o que no se atreven a vestir de una cierta manera y, sin embargo, le gustaría mucho encajar dentro de la moda del momento. Muchas son chicas que visten más básico y estas piezas de bisutería sí le dan ese rollo noventero que buscan. Por otro lado, hay personas que visten más llamativo y ese complemento lo único que hace es realzar el look. En cuanto al futuro, creo que pasa un papel secundario porque la moda es la que determina si se usan más complementos o menos. ¿Qué papel ha de jugar lo hecho a mano dentro de este futuro? Estamos acostumbradas a un mundo tan capitalista, de modas tan efímeras, que lo artesanal creo que está empezando a tener un valor mucho mayor de lo que se tenía en estos últimos 20 años. Yo los pedidos los empaqueto con muchísimo amor y con muchos detalles para que cada clienta que me compra se sienta especial. Para mí no es una persona más, sino alguien único que va a llevar una pieza única. Yo me siento muy agradecida porque la gente lleve algo que he hecho yo a mano. Hay que apoyar a las pequeñas tiendas, a las pequeñas emprendedoras. Muchas veces compramos a las grandes marcas sabiendo que lo que hay detrás ni es justo ni ético, pero lo hacemos para encajar. Creo que se puede encajar también desde las pequeñas marcas. Si en tu ciudad, tu barrio o tu pueblo hay una marca que se asemeje al estilo que buscas, compra allí y así podemos ayudarnos entre todas.