Los nuevos alcaldes de la provincia de Ourense

David Pereira, el alcalde ourensano en la España vaciada

La galleguidad va más allá de nuestras fronteras y David Pereira lo demuestra como alcalde de un pueblo de Valladolid desde 2019

Ubicado en pleno corazón de la provincia de Valladolid, a 40 kilómetros de la capital y siete de Medina del Campo, está Pozaldez, un municipio de 498 habitantes cuya alcaldía ostenta el ourensano David Pereira desde 2019. En las últimas elecciones generales su candidatura por el Partido Popular consiguió la mayoría absoluta para otros cuatro años de gobierno.

La primera pregunta es obligada. ¿Cómo acaba alguien de Ourense de alcalde de un pueblo de Valladolid?

Estaba preparando oposiciones y en el año 1997 aprobé para Castilla y León y para aquí me vine. Me casé con una chica que la madre era de Pozaldez, así que empezamos a ir por el pueblo y poco a poco me fui integrando bastante. Hace ya seis años entré de concejal y para renovar la gente que había en el Ayuntamiento, me propusieron ir de cabeza de lista, la gente me votó y salí de alcalde. Llevo cuatro años, este es ya el segundo mandato

Aquí, en Valladolid, me dicen que soy bastante gallego

¿Con qué objetivos inicia este segundo mandato?

Pozaldez tiene 500 habitantes y la economía se basa en la agricultura, sobre todo en el secano, y ahora hay mucho vino de la denominación de origen Rueda, hay tres bodegas. Yo que era de Ribeiro, me he cambiado al Verdejo. El objetivo es mantener esa población y aumentarla, aunque es complicado. En el colegio hay 36 niños. El objetivo es hacer del pueblo un lugar para que la gente siga viviendo allí. El problema es el que hay también en los pueblos de Galicia de mantener la población y contar con los servicios. También hay turismo, tenemos un par de iglesias, una con un ábside mudéjar y otra con un retablo BIC. Queremos unirlo sobre todo al vino y tenemos un restaurante donde se come una carne roja muy rica. Estamos en contacto con asociaciones de turismo, por ejemplo la Ruta del Vino de Rueda para meternos en el mapa de los vinos de esta denominación. Nuestro objetivo es mantener la vida en el pueblo y también hacer muchas actividades para que la gente que es de aquí y vive en la capital, se venga por lo menos los findes de semana. Ahora hacemos también el campamento de verano para las familias que vienen. Además de eso, mantener los servicios básicos. Este municipio solo tiene un núcleo de población, a diferencia de lo que pasa en Galicia, y eso nos facilita mucho la gestión. 

Suele decirse que en las elecciones municipales se vota a la persona más que al partido. ¿Cómo fue el proceso de convertirse en un vecino más?

Yo empecé a vivir por aquí en el 2004 o 2005 y hasta el 2019 no entré en la alcaldía. Tuvieron tiempo de conocerme (risas). Lo de ser forastero por una parte es un hándicap, pero por otra también te ayuda, porque no tengo mochila de atrás en Pozaldez, parto de cero para lo bueno y para lo malo. Las viejas historias del pueblo me las pierdo, pero por otro lado no tengo estigmas de antes.

David Pereira, alcalde ourensano del pueblo vallisoletano de Pozaldez.
David Pereira, alcalde ourensano del pueblo vallisoletano de Pozaldez.

Hablaba antes de mantener la población. ¿Pozaldez está dentro de la España vacía?

En esta parte, los pueblos sí que se van quedando vacíos. Hay municipios de 15 habitantes, de 100… Pozaldez tiene 500 habitantes y está en el puesto 45 en la lista de los 225 municipios de Valladolid por población. La zona de Medina sí que está mejor poblacionalmente que otras donde no hay empresas o bodegas. Ahí sí que lo tienen más complicado, pero nosotros estamos en ese punto de seguir tirando para adelante. Sí que somos un poco de la España vaciada pero menos. La cercanía con Valladolid a 40 kilómetros y Medina del Campo a siete, nos permite tener gente. 

Creo que los pueblos tienen que ofrecer la posibilidad de comunicarte fácilmente con los grandes núcleos de población y tener una buena calidad de vida. Es la huida hacia los pueblos, pero la conexión con las ciudades

Desde su perspectiva, ¿por dónde pasa el futuro de la España vacía?

Hay una parte que va a ser complicado revertir, pero creo que pasa por un lado por el turismo y, sobre todo, por la conectividad con buenas comunicaciones con el centro. Ha pasado con Ourense desde que está el AVE. Yo tengo amigos en Madrid que con el teletrabajo y con el AVE, perfectamente pueden seguir trabajando allí. Creo que los pueblos tienen que ofrecer la posibilidad de comunicarte fácilmente con los grandes núcleos de población y tener una buena calidad de vida. Nosotros tenemos una estación de tren que nos une con Valladolid. Buenas comunicaciones o una buena red de móvil con datos, permite ir a vivir tres meses de verano al pueblo y eso ya da para mantener. Cuando haya gente, puedes abrir el bar y alguna tienda y eso genera movimiento, claro. Es la huida hacia los pueblos, pero en conexión con las ciudades. Montar grandes empresas en los pueblos ya es más complicado, pero hay productos más rurales y locales con valor añadido que pueden facilitar el asentamiento de familias

¿De qué forma ourense está presente en sus políticas?

Aquí me dicen que soy bastante gallego. Para los alcaldes es complicado decirle a alguien que no, entonces ahí sí que utilizo esa galleguidad (risas). También he traído la fiesta del Magosto. El sábado más cercano al 11 de noviembre hacemos castañas y chorizos y una carrera popular, como la San Martiño. Esa ourensanidad sí que me la llevo. No tenemos río así que no he podido hacer el Puente Romano (risas). Pero ese sentido del ourensano que se mete en fregados cuando está fuera, que da un paso adelante, también lo llevo. Con el sentimiento siempre de Ourense. En Pozaldez somos tres gallegos. Ya dicen en Castilla que en todos los sitios hay un gallego y un vasco y aquí se cumple.  

Montar grandes empresas en los pueblos ya es más complicado, pero hay productos más rurales y locales con valor añadido que pueden facilitar el asentamiento de familias

Siendo ourensano y siendo político, estará al tanto de la actualidad de su ciudad...

Cada vez menos. No me voy a meter en la política pero cuando hablo con mis amigos veo que hay problemas que deben ser solucionados. Lo que más me llama la atención es el plan urbanístico, que esté anquilosado. Hay intereses generales que trascienden más que los partidos y creo que deberían solucionarlo entre todos. Hay cuestiones que me llaman la atención pero las veo desde la barrera. 

Soy ourensano de pura cepa y me gusta ir

¿Por qué cree que la sociedad está tan descreída con la política?

Hemos pasado una temporada en la que parecía que los políticos eran de otro mundo, que vivían en su burbuja, con sus tejemanejes. Pero creo también que la sociedad se ha acostumbrado a que se le dé todo hecho, nos quejamos pero cada vez hay menos gente que esté dispuesta a dar un paso adelante. Por ejemplo, en aquella época en que los bancos vendían productos financieros complejos, hubo directores que se negaron a hacerlo. Pequeñas decisiones personales afectan a la sociedad, si cada uno de nosotros se animase a dar un paso adelante pensando en lo que puede aportar. Yo creo que si personas normales, por ejemplo yo que soy funcionario de la Junta, empezamos a meternos en los órganos de decisión, también los partidos políticos serán normales. Es un poco idealista, pero entiendo que pequeñas acciones pueden cambiar las cosas. Creo que hay que animar a que la gente participe activamente. 

David Pereira, desde el balcón del consistorio que preside, el de Pozaldez, en Valladolid
David Pereira, asomado al balcón del consistorio de Pozaldez.

¿Qué extraña de Ourense?

Los amigos de toda la vida y la familia, claro. Trato de ir cada dos meses, aunque esta temporada entre fiestas y elecciones ha habido más jaleo. Pero siempre he estado muy conectado a Ourense. Mis padres tenían la tienda “Terra gallega” en la Plaza Mayor. Soy ourensano de pura cepa y me gusta ir. También a Samil, como buen ourensano. Sigo disfrutando de la Plaza Mayor, de los vinos y del paseíto hasta Oira. Eso siempre se mantiene.

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