Floreano Vázquez Taín: la salud de la sonrisa

Estudió Medicina y su gran pasión era la cirugía. Tanto es así que Floreano Vázquez Taín (A Merca, 1963), dejaba de asistir a clases en la facultad para acudir como ayudante en las operaciones de cirugía plástica del doctor Maiz. Sin embargo, al terminar la carrera, decidió dar un giro a su futuro y se embarcó en una nueva licenciatura, la de Odontología, entonces recientemente creada. Ese sentido del trabajo meticuloso e impecable que requiere la cirugía, de la búsqueda de la perfección lo trasladó a su actividad profesional definitiva que inició, comenzada la década de 1990, cuando abrió su primera clínica dental en Ourense. Una boca sana es vital para la salud de todo el cuerpo 1. ¿Fue una época de cambios, cuando empezó odontología como licenciatura? El cambio fue general y la creación de la licenciatura de Odontología yo creo que fue una consecuencia de ello.Digamos que la sociedad empezó a preocuparse, en primer lugar por la salud de su boca, a rehabilitar su dentadura si tenía problemas o carencias y, especialmente, a preocuparse por la estética dental, no solo la suya sino especialmente la de sus hijos. Eso supuso de repente que hubiese una gran demanda de profesionales y una gran demanda de especialidades que hasta entonces no se trabajaban mucho. 2. En aquella época había mucho dentista extranjero, sobre todo argentinos ¿Por qué? Era, en parte, consecuencia de lo que comentábamos antes. La demanda de servicios odontológicos creció más que la capacidad que tenía España para generar nuevos profesionales. Y entonces se intentó paliar ese déficit facilitando la llegada de profesionales de otros países. Latinoamérica y especialmente Argentina, fue la principal cantera en aquella generación. Poco a poco eso fue equilibrándose y el número de profesionales del exterior se fue reduciendo. 3. ¿ha cambiado mucho la práctica desde que comenzó usted? Muchísimo. Cambios en materiales, en adhesivos, en la tecnología, los equipos, la tecnología digital y en paralelo a los avances técnicos y de materiales ha habido importantes avances en el campo científico. 4. ¿Cómo se enfrenta un profesional ante esos avances? Yo entiendo que lo más adecuado es la especialización. Porque de lo contrario no vas a poder abarcar. Un ortodoncista, si quiere ser bueno, tiene que estar a la última en técnicas, materiales, formación… lo mismo vale para el resto de las especialidades. Entonces, lo ideal es que la clínica dental deje de ser esa salita de espera y el cuarto con el sillón, y tenga más visión de clínica, con un grupo de profesionales que abarcan distintas especialidades. El ortodoncista, el ortodoncista infantil, endodoncista, cirujano maxilar… Eso permite que cuando una persona va a una clínica dental bien organizada en cuanto a especialidades, puede ser atendido con los mejores medios y máximos conocimientos Yo creo que esa es una ventaja clave del modelo moderno de clínica dental. 5. ¿Cómo es el nivel de la odontología en España? Muy bueno. Estamos entre los mejores del mundo. Aquí la formación es de muchísima calidad y además existe una gran preocupación por la formación permanente, que es muy cara y requiere un gran sacrificio profesional porque supone sacrificar tu tiempo de ocio y a veces también cerrar durante unos días o semanas la consulta. Pero la prueba de que el nivel en general está muy bien considerado fuera de nuestro país lo podemos constatar por el hecho de que a día de hoy, ya no hay aquella carencia que propició que viniesen profesionales de América Latina a nuestro país. Todo lo contrario. Ahora las facultades generan más licenciados de los que puede absorber el mercado y muchos deciden irse a Londres, a Francia, a Holanda… países en los que somos muy apreciados. Yo creo que hoy día el problema está en que la capacidad para formar nuevos odontólogos está por encima de la demanda que absorbe el mercado. 6. ¿Cómo encajan las franquicias en ese mercado? Es un tema muy complejo y que viene de aquella época que mencionaba antes en la que había más demanda de servicios dentales por parte de la sociedad que clínicas. Eso abrió los ojos de grupos de inversores que vieron en ello un gran negocio. El problema es que en España no resultaba imprescindible ser titulado para tener una clínica. Podía ser un economista o un grupo inversor. Y muchas basaron su estrategia en una publicidad muy agresiva y unos sistemas de financiación y de precios que luego en algunos casos se vio que no era sostenible y algunas cerraron. 7. Los avances de los que hablaba ¿los percibe el usuario? En primer lugar, ya lo percibe en las medidas de higiene. La mascarilla, los guantes, las medidas de prevención tan estrictas llevan en las clínicas dentales mucho tiempo. Muchos años antes de esta crisis sanitaria. La tecnología digital permite realizar, por ejemplo, reconstrucciones muy precisas mediante el uso de tomografías. O hasta en el sencillo gesto de pasar una cámara que parece un bolígrafo sobre una muela y enseñarle al paciente en la pantalla de televisión la caries que tiene. 8. ¿Cómo están de salud dental los ourensanos? Mucho mejor que hace treinta años. Primero, porque se preocupan mucho más de su salud bucodental, se preocupan también de la estética de su boca y, lo que es más importante, se preocupan mucho de la salud bucodental de sus hijos. Si a esto añadimos todas las medidas preventivas que se han llevado a cabo en los últimos años, tanto desde las clínicas privadas, como desde los centros de salud, podemos ver que el índice de caries ha descendido muchísimo. Y en el caso de los adultos también. 9. ¿Aun hay miedo al dentista? No. Y no hay motivo. Hoy la acción del dentista no resulta en absoluto ni traumática ni dolorosa. Con los medios que tenemos, no se causa ningún dolor. ¿Y a lo que cuesta? En nuestra actividad se da la paradoja de que cuanto más se va al dentista más se ahorra, porque con la prevención se evitan actuaciones más costosas. Y además, la salud bucodental es muy importante, porque la boca es la puerta de entrada de muchos problemas que luego pueden afectar a otros órganos. 10. La clínica se encuentra en un edificio singular, ¿que le llevó allí? La nuestra es una clínica multidisciplinar, con muchas especialidades. Somos más de treinta profesionales trabajando en ella. Necesitábamos un espacio que fuese amplio, que cubriese nuestras necesidades del día a día. Este edificio cumple ese objetivo. Pero además quería sentirme orgulloso de él. Se trata de la rehabilitación de un convento y hemos cuidado hasta el más mínimo detalle y eso se traduce en un espacio que resulta cómodo y agradable tanto para nuestros pacientes como para nosotros. Yo me paso aquí más de once horas al día.