Acaba de salir a la luz la trigésimo novena edición de la Guía de Vinos Gourmet. Es la publicación pionera en España, cuya primera edición llegó al público en 1983, hace ya cuarenta años. En aquellas primeras ediciones de la década de 1980 apenas había vinos gallegos registrados. Lo cierto es que se estaba forjando todavía la gran revolución que se registró en Ribeiro, Valdeorras y Rías Baixas a la que se incorporarían en la década siguiente Ribeira Sacra y Monterrei.
La guía Gourmet recoge una buena representación del panorama vinícola español, con 4.735 vinos y 1.196 bodegas referenciadas, organizadas por comunidades autónomas y, dentro de éstas, por denominaciones de origen o indicaciones geográficas.
Además de esa extensa recopilación, recoge un cuadro de honor por cada una de las comunidades autónomas en los que destaca los vinos que alcanzaron una puntuación superior a 90. En el caso gallego esa selección alcanza a 233 vinos de las cinco denominaciones, con una mayoría de blancos (184) sobre tintos (44) y la inclusión también de un vino dulce, en este caso un tostado del Ribeiro que cierra nuestra pequeña selección de ocho vinos. Completan el cuadro de honor un rosado y cuatro espumosos. El conjunto ofrece un amplio abanico de tipologías y precios.
Haciendo un repaso por los cuadros de honor del resto de las comunidades autónomas me he dado cuenta de que los vinos blancos gallegos pueden competir con orgullo como demuestra el hecho de que los que alcanza las puntuaciones más alta se encuentran en nuestras regiones vinícolas, con 99 puntos en el caso de dos vinos de Rías Baixas y 98 y 97 puntos alcanzados por cuatro vinos de Valdeorras, lo que avanza el cada vez mayor interés que suscitan los godellos.
Pero el lugar en el que quedan los tintos también nos permite sentirnos satisfechos pues han logrado resultados muy notables como lo acreditan los 98 puntos de Lacima 2019, de la Ribeira Sacra ourensana o los 97 puntos de O Gran Meín, un Ribeiro elaborado con brancellao, caíño longo y garnacha tintorera.
