Glastonbury, aquí yace el rey Arturo

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Fue durante siglos el monasterio más conocido y  visitado de Gran Bretaña porque se creía que allí estaban enterrados los reyes Arturo y Ginebra y muy cerca la legendaria isla de Avalon. Se trata de Glastonbury, hoy la meca del New Age… y del ciclo artúrico.

Glastonbury se encuentra al sur de Inglaterra, cerca de Gales y Cornualles, en la comarca de Somerset, y por tanto, en el centro del paisaje que se atribuye al Rey Arturo, la corte de Camelot con su Tabla Redonda, el castillo de Tintagel, la isla de Avalon y el Grial, lugares que han inundado la cultura europea desde al menos el siglo VI, aunque fue Leonor de Aquitania quien más tarde popularizó y divulgó el mito del monarca y primer caballero. Se sabe con seguridad que en el siglo XII, quizá antes, los frailes del monasterio de Glastonbury dijeron haber hallado en las inmediaciones la tumba de Arturo. A su lado reposaba Ginebra con una inscripción que rezaba “aquí yace el famoso Rey Arturo”. Dentro había dos cuerpos, que años más tarde, en presencia del monarca inglés de la época, fueron depositados en un sepulcro de mármol negro. El hallazgo resultó un imán enorme, como el del Apóstol en Santiago, convirtiéndose en un lugar de peregrinaje obligado. Así fue durante muchos siglos, prosperando la comunidad monástica hasta que en el siglo XVI el rey Enrique VIII decidió crear la Iglesia Anglicana, obligando a los frailes a abandonar los conventos. Así decayó con rapidez la abadía y la propia villa de Glastonbury, que ahora es una hermosa ruina. También entonces desapareció la lápida  de los reyes de Britania. Acabó la historia, pero la leyenda continuó.

Ya en los siglos XIX y XX, y también en el XXI, el interés por el ciclo artúrico no hizo sino aumentar, y con ello la investigación sobre la realidad del personaje. ¿Existió o fue una invención? Vamos por partes. Al lado de las ruinas de la abadía, que se corresponden con su última reconstrucción, del siglo XII y en adelante, ya en estilo gótico, se encuentra el llamado Tor de Glastonbury, una colina que sobresale sobre la llanura de Somerset y que los celtas llamaban Isla de los Cristales. ¿Isla? Sí, porque hay constancia de que la llanura, hoy situada a unos 20 kilómetros del mar, se inundaba con frecuencia en el pasado, quedando el Tor como una isla. En su cima se levantaron distintas edificaciones, quedando hoy una torre de lo que fue la iglesia de San Miguel.  Los britanos le pusieron un nombre mucho  más sugerente: le llamaban Isla de Avalon. Según la leyenda, allí se retiró Arturo cuando fue herido por su hijo Mordred.

Y muy cerca de allí, naturalmente, se encontró su tumba y la de su esposa. Una excavación arqueológica realizada este año en el lugar, todavía marcado, no ha podido hallar ningún rastro de sepulturas, aunque sí hallazgos que confirman que la zona estuvo poblada desde los albores de la civilización y que siempre tuvo un componente mágico. Según la tradición, en la isla de Avalón se retiró Arturo, pero antes habría llegado José de Arimatea en el año 35 llevando consigo el cáliz de la última Cena, aunque ahora se cree que se encuentra en León, como un regalo del Emir de Valencia al soberano leonés. La copa está documentada: estuvo en Jerusalén y es del siglo I.
Glastonbury es hoy la capital mundial de la cultural New Age y todo el pueblo, de unos 8.000 habitantes, vive por y para lo relacionado con el ciclo artúrico, la música alternativa y los productos ecológicos. La tumba del Rey ha desaparecido y del Grial no hay noticia en el Reino Unido, pero la huella de la leyenda permanece. Después de todo, Arturo probablemente vivió en esa tierra, a finales del siglo V y principios del VI, siendo un líder britano romanizado que se enfrentó con éxito a las primeras invasiones de los anglos y los sajones, los actuales moradores de Inglaterra, a la que dieron nombre. Ahí se forjó una leyenda eterna, aunque la arqueología se empeñe en decir otra cosa…

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