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CINE | “Greenland: El último refugio”, apocalíptica y mediocre

Una sucesión de tópicos en un guión que se queda a medias en todo

Cuando el mundo es consciente de que el asteroide más grande de la historia va a impactar en la Tierra y aniquilar todo rastro de vida, los gobiernos de todo el mundo realizan un sorteo en el cual los afortunados podrán sobrevivir en refugios secretos. Esta decisión desata un caos a nivel mundial. Muchos tendrán que emprender un peligroso viaje donde se enfrentarán a los más imponentes peligros de la naturaleza, lo que les obligará a encontrar la manera de mantenerse unidos mientras encuentran la forma de sobrevivir.

“Greenland: El último refugio” es cine de catástrofe a la vieja usanza. Un tipo de cine que cuenta con su propio subgénero que en los años 70 del siglo pasado vivió un auge con películas que narraban accidentes de avión, terremotos, edificios en llamas, etcétera, y que a finales de los 90 vivió un revival.

“Greenland: El último refugio” padece los mismos defectos de este tipo de películas que no siempre consiguen equilibrar bien en el guión las historias de trasfondo con la espectacularidad. En este caso se queda a medias en todo: le falta historia de trasfondo y puede decepcionar a quienes busquen espectacularidad. De hecho, los momentos más impactantes en el plano visual se retrasan hasta la última media hora, donde por fin concluyen las lacrimógenas carreras y la historia de supervivencia extrema para ver el alcance de la devastación y las fuerzas de la naturaleza desatando toda su furia.

La película no tiene más pretensiones y a los que les gusta este tipo de cine, puede que pasen un rato entretenido sin más. Para el resto, la película resulta una sarta de tópicos con un historia y un final previsible.

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