Humberto Michinel, ciencia de vanguardia

Se siente cómodo investigando en los entresijos de la física aplicada a lo visible y a lo invisible y desde hace un año dirige la Escuela de Ingeniería Aeroespacial. Humberto Michinel (Ourense, 1968) ha investigado durante décadas en laboratorios y universidades de todo el mundo, en campos como la fotónica y cuenta con más de un centenar de trabajos científicos publicados. Y ahora se ha embarcado en la empresa de convertir la escuela que dirige en un centro de excelencia que sitúe Ourense en la vanguardia tecnológica. ¿Qué le atrajo de la Física? Siempre me pareció que la Física era la reina de las ciencias. Dudaba entre las Matemáticas y la Física, porque además yo tenía una beca de la Real Sociedad Española de Matemáticas para hacer la carrera de Matemáticas porque había sido uno de los ganadores de la Olimpiada Matemática en Galicia. Ese premio me hizo considerar la posibilidad de estudiar Matemáticas pero, aunque me gustaban mucho le faltaba esa conexión con la realidad que es la Física la que le aporta a las Matemáticas. Cualquier disciplina en la que las Matemáticas permitan explicar algo que sucede en la realidad, para mí se engloba en lo que llamaríamos Filosofía Natural/Física. Siempre me pareció que la Física era la reina de las ciencias ¿Por ejemplo? Pues, por ejemplo, los modelos matemáticos que explican cómo se propaga el Covid. Yo llevo casi dos años actualizando una página web en la que ponemos diariamente las predicciones de cómo se va a comportar la evolución de los ingresados, de los casos activos, etcétera. No está considerado actualmente dentro del corpus de lo que llamamos física pero yo lo entiendo en un sentido más amplio como Física o, como se denominaba en tiempos de Newton, Filosofía Natural. Sus investigaciones se encaminaron al campo de la fotónica. ¿En qué aspectos? Empecé en mi tesis que se orientaba a qué les ocurre a láseres muy intensos dentro de ciertos materiales, Y se producen fenómenos cuánticos muy interesantes que tienen que ver con cosas que hoy día están muy de moda como la computación y las comunicaciones cuánticas. En la fase final de la redacción de mi tesis tuve una estancia en la universidad de Chalmers, en Gothenburg y allí desarrollé los principios de lo que luego fue la teoría de la luz líquida y en esa época contacté con Ignacio Cirac, que hoy día es una de las grandes figuras de la computación cuántica, hicimos algunos trabajos y fue en esa época posdoctoral cuando empecé a internacionalizar mi actividad. Actualmente, desde la escuela, ¿Sigue desarrollando trabajos relacionados con la fotónica y el láser? He ampliado el ámbito de investigación, pero siempre vinculados a la luz y a las propiedades de la luz. Recientemente hicimos aquí, en el Campus de Ourense un proyecto de iluminación inteligente, donde lo que hacemos es convertir un sistema de iluminación pública en un captador de datos para una ciudad inteligente, donde puedes tener datos de contaminación, ruido, variaciones de temperatura, usando un alumbrado led que hacemos más eficiente mediante un sistema de inteligencia artificial. ¿Significa que ya están realizando proyectos desde la escuela que tienen una aplicación práctica inmediata? Sí. Ya tienen poco que ver con la investigación que realizaba en los orígenes de mi actividad que se centraban más en elementos de la física fundamental, pero al estar en una escuela de ingeniería sí resulta importante ese componente de aplicación práctica. Y ahora mismo acaba de salir la resolución provisional de la convocatoria del Ministerio en proyectos de colaboración con empresas, en la que nos han dado un proyecto con la empresa Copasa para utilizar métodos láser para ver la calidad de las traviesas de las vías de tren de alta velocidad. Vamos a desarrollar un proyecto para que eso se pueda hacer automáticamente. Es el único proyecto que le han dado a la universidad de Vigo. Parece que el láser y la fotónica tienen aplicaciones muy amplias Cierto. Las tecnologías del láser sirven desde para leer el código de barras de los alimentos en un supermercado a operar un ojo o para detectar si hay grietas o están ligeramente torcidas o medir, las traviesas de una vía de alta velocidad. Es una herramienta tremendamente versátil. Decir Ingeniería Aeroespacial hace imaginar en aviones y cohetes. ¿Hay más? Hay mucho más que aviones y cohetes. Es muy amplia. Todo lo que tenga que ver con aerodinámica, con calculo de ciertas estructuras, con procesos en los que el aire alcance velocidades supersónicas… y luego está el espacio. En el espacio hay muchísima fotónica y muchísimas tecnologías láser. Todos los satélites que hoy día envía China al espacio están comunicados con protocolos cuánticos de comunicación, basados en láser. Hay montones de líneas de investigación aeroespacial más allá de los aviones y los cohetes. ¿Y existe también aplicación práctica en el ámbito más cercano? En muchísimos campos. Desde el AVE, del que hablábamos antes, los coches de fórmula 1, la observación de la Tierra con fines meteorológicos, por poner un ejemplo que tenemos muy cerca, la vigilancia por satélite de los cultivos. Y esto, sin mencionar la cantidad de productos y objetos que se desarrollaron durante la carrera espacial y que luego tuvieron una clara aplicación práctica en el día a día. Como por ejemplo, el teflón, el velcro. ¿Cómo ve la escuela al cabo de cinco años? Yo la veo como un proyecto asentado. Nos faltan algunas cuestiones relevantes, como un edificio propio. Estamos dispersos por diversas edificaciones lo que no ayuda a crear espíritu de escuela. Tenemos la suerte de que es un centro atractor de alumnado de alto nivel. Hemos preferido mantener un número limitado de acceso de cincuenta alumnos, porque eso garantiza una mejor calidad en la docencia y un alumnado de alto nivel. Y, también hay que decirlo, hay que pensar a la hora de diseñar títulos en el grado de absorción que puede tener el mercado gallego para esos titulados. Queremos que entren los mejores posibles y los que salgan puedan lograr un buen empleo. El futuro está en la ingeniería cuántica ¿Tienen en marcha líneas de investigación, además de los proyectos que antes mencionó? Nos han concedido un proyecto del Ministerio con el que vamos a estudiar ciertos sistemas cuánticos: la materia oscura, gotas cuánticas y líquidos cuánticos. Eso es casi ciencia ficción. Hace diez años, estuve uno en el instituto Max Planck, con Ignacio Cirac y entonces ahí se estaba cociendo en materia cuántica lo que ahora llega a las noticias. La sociedad tarda un poco en asimilar esos avances. Hoy día, la frontera de la mecánica cuántica es la ingeniería cuántica y por ahí irán los tiros en el futuro.