La ponteareana busca su lugar en el mundo de la moda mientras compagina su creatividad con su trabajo como ingeniera. apadrinada por roberto verino, su nombre ya va acompañado a la búsqueda de nuevos materiales y texturas
Un homenaje a la tradición maderera de su familia llevó a Sandra Táboas (Ponteareas) a ganar en 2015 el premio de Jóvenes Diseñadores. Hoy, compagina su trabajo como ingeniera con el esfuerzo por hacerse un hueco en el mundo de la moda.
¿Cuál es su historia de amor con la moda?
Fue algo gradual. Mientras estudiaba, trabajaba por temporadas en tiendas del sector textil. Pero fue cuando realicé la beca en Loewe cuando descubrí la moda y el proceso desde que surge la idea de crear una colección hasta su venta.
Actualmente trabaja como técnico de producción. ¿Es difícil vivir hoy en día exclusivamente de la moda?
En un mercado tan globalizado y competitivo es difícil lanzarse y, como en cualquier sector, la moda supone una gran inversión. Además, tienes que buscar a tu público y crear una colección que guste y de calidad.
Además de en moda, tiene formación en Ingeniería Industrial. ¿Cómo se complementan estas dos facetas?
Tanto el proceso creativo, como el proceso de confección de la colección, es necesario ser muy disciplinado y organizado y eso es algo que fui adquiriendo en mi formación en ingeniería. Además, crear una prenda, también tiene una parte muy técnica porque, además de un diseño original, se necesita tener un buen patrón. Hoy en día, diseño, creatividad e ingeniería van de la mano, cada vez más prendas y complementos se están confeccionando con impresoras 3D. Llegará el día en que podamos crear nuestras propias prendas en casa.
Por un lado desempeña un trabajo técnico como la ingeniería y, por otro, uno tan creativo como el diseño de moda. ¿No chocan estas dos modalidades?
Cuando estás diseñando tienes que estar pensando en la confección y/o producción de las prendas. En mi caso, sé complementar, la parte creativa, con la que me relajo más y puedo evadirme de la “rigidez” del trabajo de organización y control de la producción.
¿De dónde proceden sus mayores inspiraciones?
No tengo un estilo o una corriente muy definida, aún estoy en un momento en el que voy cogiendo ideas de aquí y de allá y trato de hacer lo que me gusta en cada momento. Suelo encontrar ideas en mi día a día, en revistas o películas que veo. Pero tengo predilección por diseñadores libaneses, me gusta mucho los volúmenes y tejidos con los que trabajan.
Ganó el premio de Jóvenes Diseñadores en 2015 con una colección en la que mezclaba neopreno con madera. ¿Cómo surgió aquella idea?
La idea de esta colección fue más un reto. Cuando empecé a estudiar Diseño, mi padre, que es carpintero, me retó a realizar un vestido hecho de madera. Un vestido completamente hecho de este material lo veía muy incomodo y fue cuando empecé a darle vueltas a la idea de los contrastes al mezclar un material tan natural y rígido como la madera, con un tejido más técnico y flexible como el neopreno. La parte más complicada de esta colección fue confeccionar las piezas en madera. Tenían que ser láminas muy finas para que se adaptasen al cuerpo y si se ejercía un poco de fuerza se rompían. Son piezas muy delicadas.
En la siguiente edición representó a Galicia con aires de Oriente Próximo. ¿Cuál es la historia detrás de ‘Road to Morocco’?
Esta colección surgió viendo la película de 1946 en blanco y negro de igual título. De ahí el uso del binomio blanco-negro. Como la colección de neopreno y madera fue de líneas muy definidas, en esta quise probar con las asimetrías.
Fue apadrinada junto a otras jóvenes diseñadoras por Roberto Verino. ¿Qué supuso esto para su carrera?
Cuando estás adentrándote en este mundo, tener un apoyo de un diseñador gallego siempre es muy importante. Fue una manera de que nuestro nombre se leyese en las noticias y se empezase a ver que la moda en Galicia no descansa, y que cada año surgen nuevos diseñadores con ideas renovadas.
¿Cómo ve hoy la moda?
Veo que este mundo está cambiando y qué hay sitio para todos. Si hubo épocas en que las cadenas de ropa low cost estaban en auge, hoy en día se valora más el hecho a mano y hecho en España. Se está buscando más la prenda única y de calidad. En cuanto al futuro, me gustaría formar parte de este sector, con una línea propia de ropa, y para ello, toda experiencia profesional y personal que vaya adquiriendo es un pasito más hacia este sueño.
