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Lara Fontela: moda en evolución

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Dice que sus referentes de estilo son, sobre todo, Olivia Palermo y Annie Bing. No se considera clásica. Le gustan los colores y las prendas estampadas. Ahora, años después de abrir su blog, apuesta más por los básicos. Es Lara Fontela y ha crecido rodeada de moda.

¿En qué momento decidiste enfocarte en la moda?

Desde muy pequeña siempre me apasionó mucho crear mis propios looks, ¡me encantaba subirme a los zapatos de tacón de mi abuela! Con el paso de los años y teniendo en cuenta que me flipaba el Periodismo, me decanté por esa carrera en la que me gradué hace ya unos años en la USC, pensando en enfocarla en un futuro al mundo de la moda. La moda cada día tiene un papel más relevante en la sociedad, es una forma de expresión y de comunicación. 

Echando la vista atrás, ¿cómo recuerdas tus inicios? 

¡Era una niña! Me abrí el blog recién cumplidos los quince años. Tenía una mala época, quería desconectar y abrir el blog me parecía una vía de escape. Allí escribía mis cosiñas y enseñaba mis modelitos. Tenía un poco esclavizada a mi madre con tanta foto. Para crear un post “decentillo” no servía una sola foto como ahora en el mundo de instagram en el que todo va más rápido. Nunca tuve una meta marcada, solo quería distraerme y hacer algo que realmente me apasionara, todos sabemos que el instituto a veces era un rollo. Los dos primeros años subía muy poco contenido al blog, no tenía la cantidad de ropa que tengo ahora ni mucho menos. No podía crear un contenido enorme y mi estilo todavía estaba en proceso de definirse. Con diecisiete años, cuando me vine a estudiar y a vivir a Santiago hice mi primer catálogo. Ahí la cosa empezó a mejorar. Reconozco que todo es mucho más fácil en la ciudad si te quieres dedicar a este mundo. 

¿Cómo consigues cuadrar en tu agenda trabajo, moda y vida personal? 

¡Tú no te has fijado bien en mis ojeras! Yo diría que más bien cuadro mi vida personal y la moda según mi vida laboral y no al revés. No tengo un trabajo fijo y ahora mismo, es lo que toca. Hago huecos según mi horario laboral y las fotos, por ejemplo, suelo hacerlas los fines de semana. Pienso varios modelitos que me pondré en días futuros de la semana y aprovecho ese día libre y después voy subiendo poco a poco mis looks a mi instagram. Reconozco que he tenido que rechazar trabajillos pequeñitos del mundillo de la moda por no poder compaginarlos con el trabajo en el que me encontraba. A veces me arrepiento porque igual me podría haber abierto puertas, pero en ese momento consideraba que era la mejor decisión. Creo que me ha pillado una época mala. 

¿Cómo definirías tu estilo? 

No me considero una persona clásica, me gustan mucho los colores y las prendas estampadas. También es cierto que antes compraba mucha más ropa que estuviese en tendencia en ese momento, como por ejemplo con la fiebre del print animal. Ahora puedo tener una o dos cosas de una tendencia que me gusten y combinarla con prendas más básicas y atemporales. Igual es que me estoy haciendo mayor. 

¿Qué papel han jugado el auge de las redes sociales en la moda?

Vivimos enganchados a cotillear lo que pasa a nuestro alrededor y a veces lo importante lo tenemos delante de nuestras narices. Yo la teoría me la sé muy bien, la práctica no tanto. Considero que ya hubo más competencia, ahora mismo está normalizado ver el día a día de una persona “famosilla” y no solo el postureo. Hay grupos de influencers marcados que en grupo venden mucho mejor que por separado. 

¿Cuál es la clave del éxito para destacar?

Creo que hay que crear contenido de calidad y no perder la esencia de uno mismo. Posiblemente eso sea lo más importante. Está claro que la mayoría compramos prendas y complementos en el mundillo de Inditex pero un solo complemento puede hacer que dos personas con el mismo vestido, por ejemplo, consigan dos looks completamente diferentes y que una destaque y la otra pase totalmente desapercibida. 

¿Un consejo para acertar siempre?

Como decía, lo más importante es la esencia y la personalidad de cada uno. Si se siente perdida, siempre es buena opción tirar de básicos y añadirle a ellos alguna prenda que esté en tendencia en ese momento, pero sin recargar. El negro y los tonos tierra siempre son un acierto. 

También haces trabajos como modelo. ¿Cuáles son las principales características y dificultades de esta profesión?

Tener la altura y encajar dentro de las medidas “estándar” como principales características. Dificultades hay muchas. Lo primero, la competencia que hay entre la gran mayoría de modelos. No todas, pero la mayoría si te pueden pisotear, lo hacen. Y a mí eso no me gusta nada. Lo segundo, la exigencia que tenían algunas marcas en cuanto a medidas. Está bien marcar unas pautas, pero no hace falta pasarse. En la actualidad, en ese sentido, se está mejorando mucho. Puedo decir que en los trabajos que más cómoda me he sentido, han sido los últimos proyectos que hice, en los cuales, todavía sigo activa. Son gente normal, a los que no se les ha subido nada a la cabeza.

¿Cómo ves la industria de la moda de hoy en día?

Posiblemente mejor que nunca, las técnicas de marketing actuales me parecen en muchas ocasiones, brutales. Lo malo es que si funciona, muchas empresas se copian. A mí me gustaría destacar a los pequeños diseñadores. Hay muchas personas intentando luchar por sus sueños y tener su propia firma, elaborando en sus pequeños talleres y sin un gran colchón por detrás. Seguramente tengan que esforzarse el triple por encontrar un hueco en este mundo, pero también creo que si nadie les regala nada y todo es fruto de su trabajo, conseguir un objetivo que a veces puede parecer imposible, satisface mucho más. 

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