LA REVISTA

“El libro de la vida”: un delirio visual

La cinta está producida por Guillermo del Toro y está realizada por stop-motion

EL LIBRO DE LA VIDA es una producción de Guillermo del Toro dirigida por Jorge R. Gutierrez. La cinta narra la historia de Manolo, un conflictivo y soñador héroe que emprende una épica aventura a través de mundos mágicos, míticos y llenos de maravillas con el doble objetivo de reunirse con su único y verdadero amor y proteger a su pueblo.
De alegre y festiva se puede calificar la propuesta apadrinada por Guillermo del Toro, una notable fábula de amores eternos y lazos indivisibles entre los que aún estamos aquí y los que ya se fueron. Quizá sature a los más peques, pero es una película muy recomendable. El Libro de la Vida, en su mayor parte, está protagonizada por muñecos de madera que pedían a gritos una animación stop-motion o por medio de marionetas, pero que aquí se presentan en formato digital.
El Libro de la Vida es un estallido gráfico e iconográfico, una explosión de músicas, referentes folclóricos e imaginería macabro-sobrenatural que es todo un regalo para los ojos.
La historia se hace interesante en sus momentos más osados: esos en los que echa mano de los clichés del melodrama mexicano (un sensible torero-cantante y un soldado muy macho se disputan el amor de una linda dama) o la tradición (dioses del inframundo apostando sobre el destino de los mortales), y se hace algo más pesada en su faceta comercial, con esos pasajes que son habituales en todas las películas de animación actuales (escenas de acción acrobática, mascotitas, chistes que se ven venir a la legua, presencia de inanes canciones fuera de lugar, etcétera).
El libro de la vida cumple con su premisa y aporta su singularidad específica al universo animado, generando un discurso que funda su mayor virtud, el humor, en el reconocimiento de rasgos típicos del mejor cine tradicionalista y festivo de la cultura mexicana. Salvo algunas contradicciones (Manolo canta canciones populares norteamericanas para declarar su amor por María) y cierto facilismo a la hora de resolver situaciones, que restan potencia a la idea original, la película es un espectáculo visual logrado y entretenido.

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