Se elabora con uvas procedentes de viñedos que tienen una media de edad de 35 años y pasa 8 meses de reposo sobre sus lías finas en depósito de acero inoxidable antes del embotellado
Nunca cinco hectáreas de viñedo de una sola variedad de uva habíancundido tanto en un concurso internacional como las de la bodega de Cambados Lagar de Costa en el concurso mundial de Bruselas que en esta última edición se celebró en Pekin. De allí trajo nada menos que dos medalas de oro y una de plata para tres de sus cinco vinos.
Con una producción media que ronda las cincuenta mil botellas al año -en la última añada fueron 53.000-, Lagar de Costa es la marca principal, que representa más del 90 por ciento del vino que sale de su pequeño almacén, situado, al igual que la bodega y el viñedo, en Castrelo, una localización a ocho metros sobre el nivel del mar y muy cerca de la ría de Arousa, en el término municipal de Cambados.
Se elabora con uvas procedentes de viñedos que tienen una media de edad de 35 años y pasa 8 meses de reposo sobre sus lías finas en depósito de acero inoxidable antes del embotellado. Con este vino, que es su buque insignia, obtuvieron una de las dos medallas de oro.
Lagar de Costa Barrica, con una producción muy reducida, añade una crianza sobre lías en barricas de roble francés de 500 litros. La cosecha de 2016 de este vinofue el acreedor de su medalla de plata y de ella llegaron al mercado un total de 2.000 botellas.
Por último, Maio 5, es un crianza que pasa año y medio sobre sus lías en depósitos de acero y otro tanto en botella antes de llegar al mercado y procede de una selección de cepas con una media de 70 años, procedentes de tres parcelas. Su cosecha de 2015 le valió su segunda medalla de oro en esta edición del concurso mundial de Bruselas.
Tan solo 3.300 botellas han llegado al mercado de esta cosecha de 2015 y lo hacen no solo con el respaldo de esta medalla de oro, sino también con otras dos, también recibidas en el mismo concurso, en sus ediciones de 2011 y 2012 y más de 90 puntos Parker.
Maio 5 es un vino de intensidad aromática media, en la que se perfilan aromas frutales y un ligero gusto mineral propio de los suelos graníticos sobre los que se cultivan sus viejas cepas plantadas por la primera generación de la familia, hace ya más de seis décadas. La proximidad del mar deja también su impronta con un toque salino.
