...Y comer

Un menú tan variado como abundante, en la frontera

Restaurante Cabalo Furado Tui_result
photo_camera Restaurante Cabalo Furado.

En el Cabalo Furado siguen teniendo lamprea por encargo, pero lo que domina en su amplio comedor desde el que se ve cómo faenan en la cocina es el menú del día

Para los amantes de la lamprea y las angulas, el Cabalo Furado era todo un mito en las décadas de 1960 y 70, cuando ir a Tui era todo un viaje, y si tenías el pasaporte en la guantera del coche te permitía hacer una escapada hasta Valença para comprar el café Sical.

Pero los tiempos cambian. Hoy Tui es una ciudad muy concurrida de visitantes, turistas y peregrinos de paso en la ruta del camino portugués, y aquel histórico restaurante se ha adaptado a los nuevos tiempos con un planteamiento más popular. Siguen teniendo lamprea por encargo, pero lo que domina en su amplio comedor desde el que se ve cómo faenan en la cocina es el menú del día.

Surtidísimo, con diez primeros y otros tantos segundos en los que abundan elaboraciones para todo tipo de dietas, desde las más ligeras y vegetrianas a las más contundentes, con varios pescados y carnes, en fin, un ejemplo de trabajo en cocina para que nadie pueda decir que no hay un par de platos a su gusto.

Las raciones son abundantes, además de bien hechas. Lo comprobamos en el salpicón de bonito y en los callos, a los primeros, y en la ternera estofada y en la merluza a la romana en los segundos. Incluso el vino de la casa resultó más que decente para el precio de un menú del día. Tras tanta abundancia, los postres, la mayoría caseros, no se quedaron a la zaga. Yo vi pasar un flan y quise uno. Y no me arrepentí. Tenía ese sabor y esa textura tan familiares de la infancia.

En definitiva. Un servicio muy competente y amable, una cocina que trabaja buen producto y sabe elaborar y todo ello con una relación calidad/precio óptima, que dirían nuestros vecinos portugueses. No es de extrañar que estuviese a tope. 

Te puede interesar