La fotografía de moda surgió a mediados del siglo XIX y, tras su auge en la década de 1920, se ha convertido en un campo imprescindible para la industria en el que han evolucionado grandes artistas que han impregnado con su universo y forma de ver el mundo las prendas de los diseñadores
El poder de la imagen
En una época en la que todo es visual, la fotografía se ha convertido en un campo que ha ido ganando más y más adeptos. En el mundo de la moda, el poder de la imagen lleva siendo fundamental desde hace décadas y aglutina a grandes artistas que no solo se encargan de retratar las prendas sino también de construir todo un universo que vende un estilo de vida alrededor de las creaciones de los diseñadores.
La fotografía de moda, que ha sido uno de los campos de cultivo de mayor creación para los fotógrafos, se dice que nació con Virgnia Oldoini, condesa de Castiglione y amante de Napoleón III. Era mediados del siglo XIX y, junto al fotógrafo francés Pierre-Louis Pierson -el oficial de la corte- realizó durante años un gran editorial en el que ella lucía diferentes diseños y elegía la escenografía. Es por eso que se considera la primero modelo fotografiada.
Sin embargo, no fue hasta la década de los años 20 cuando la popularidad llegó a este ámbito de la mano de las primeras revistas de moda. Nacía entonces el pret-a-porter y con él la necesidad de hacer llegar al gran público las propuestas de las marcas. Era el tiempo también de cabeceras como Vogue o Harper’s Bazaar. De forma natural surgían las primeras modelos profesionales y la evolución artística de quienes disparaban la cámara.
Tipos de imagen
Se podría decir que la fotografía de moda se agrupa en torno a tres grandes tipologías: producto, catálogo y estilo de vida. La primera, hoy fundamental gracias al comercio online, retratar las prendas de forma que se aprecie bien la forma, el color o el tejido. Es un tipo de imagen más aséptico realizado fundamentalmente en estudio. La segunda incorpora modelos que se encargan de mostrar cómo lucen las prendas sobre el cuerpo humano con un tipo de iluminación neutro y posturas que permitan a los posibles compradores percibir bien los diseños.
La tercera, la fotografía de estilo de vida o editorial, es la reina de este campo. Aquí no solo importan las prendas, sino el aura que los fotógrafos imprimen a través de la escenografía, las posturas y actitudes de las modelos. Se trata de un ámbito muy creativo en el que cada autor impregna la imagen con su sello. Las grandes cabeceras de la moda dedican una buena parte de su presupuesto a este tipo de fotografía, para componer relatos visuales que marquen la diferencia.
Richard Avedon
Es uno de los más reconocidos. Su trabajo tuvo como momento culmen las décadas de los 60 y los 70. Hasta entonces, las imágenes de la moda mantenían una línea muy estática en la que las modelos eran casi maniquís. Su forma de trabajar le otorgó dinamismo y diversión, creando algunas de las fotografías más icónicas de la industria, todas ellas con una historia que contar. Trabajó en todas las revistas importantes.
Helmut Newton
La sensualidad y la seducción fueron los terrenos donde mejor se movió otros de los grandes de la historia. Sus imágenes se caracterizan por el juego de erotismo que las modelos que retrataba proponían al espectador. Fue uno de los grandes retratistas de la historia de la fotografía.
Peter Lindbergh
Los años 90 tuvieron un nombre y fue el de este fotógrafo alemán -al que recientemente se le ha dedicado una exitosa exposición en A Coruña-. Suyas son muchas de las imágenes de las primeras top model de la historia: Naomi Campbell, Cindy Crawford, Claudia Schiffer… La naturalidad y la falta de artificios fueron las señas de identidad de su mirada.
Annie Leibovitz
A pesar del dominio de la moda femenina, la mirada fotográfica predominante ha sido siempre masculina. Hasta que llegó ella. Célebre por haber firmado la última imagen de John Lennon pocas horas antes de ser asesinado (el famoso desnudo en la cama con Yoko Ono), Leibovitz es conocida por el carácter íntimo y personal con el que impregna todas sus fotografías. En su tratyectoria ha sido la autora de innumerables campañas de moda, pero su trabajo como retratista se ha extendido también a la música, la política, el cine…
Mario Testino
Con él llegó la explosión del color. Aunque no fue el primero, el italiano sí consiguió otorgarle a sus imágenes un sello de identidad muy marcado. Difuminados y degradador le ayudan a crear un atmósfera y un universo en el que las modelos adoptaron el juego de la provocación. Kate Moss fue una de sus musas.
