Con la reinvención y la libertad creativa como motores, la compositora, productora y artista visual Mon Laferte presenta “Autopoiética”, un trabajo que ahonda en sus obsesiones musicales pero también existenciales. “Creo en el renacimiento constante”, afirma quien sabe renacer a través de su obra.
El título del octavo disco de la artista nacida en Chile y asentada en México viene del concepto de “autopoiesis”, acuñado por los biólogos chilenos Francisco Varela y Humberto Maturana en los 70 para definir el proceso de auto mantenimiento de las células. “Cuando estaba haciendo este álbum se instaló en mí la palabra autopoiesis y quise llevarla a este trabajo de una manera metafórica -explica Mon-. Me gusta creer en la idea de un renacimiento constante y convencerme de que, a pesar de las adversidades de la vida, tengo la capacidad de seguir reinventándome, ese es el gran don que todos tenemos”.
En dicha misión, Norma Monserrat Bustamante Laferte decidió, además, abrazar toda aquella música que la emociona. “Elegí la música que hace que me pasen cosas a nivel corporal, emocional y también la música que me hace pensar”, detalla. Es por eso que en “Autopoiética” se pueden encontrar, por ejemplo, una cumbia rebajada en “Te juro que volveré”; un trip-hop, mariachi y bolero en “Tenochtitlán”; referencias a la movida del tango electrónico en el interludio “Artículo 123”; un techno crudo en “Autopoiética”; una salsa con todas las de la ley en “Los amantes suicidas”; una reinterpretación impactante de “Casta Diva”, una pieza de la ópera “Norma” de Vincenzo Bellini, en donde reina lo mejor del género docto y los guiños al dembow. “Mi idea era mezclar todos los mundos que amo”, explicita.
Calificado por la propia Mon como un disco mucho más reflexivo y experimental que los anteriores, dado que se anima con nuevas herramientas y crea a partir de bases rítmicas o samplers para volver a la esencia alternativa de los inicios de su carrera, “Autopoiética” es sucesor de “Desechable” (2011), “Tornasol” (2013), “Mon Laferte Vol. 1” (2015), “La trenza” (2017), “Norma” (2018), “Seis” (2021) y “1940 Carmen” (2021), a la vez que es ruptura.
“Antes yo no habría hecho un disco así -reflexiona quien cuenta en su haber con cuatro Latin Grammys y dos nominaciones a los Grammy-. Siento que estoy en un momento de mayor seguridad en mí, en mi música. Tengo una claridad que quizás antes no tenía. También estoy cada vez teniendo menos prejuicios. Más sabe el diablo por viejo que por diablo, dicen, supongo que algo de eso hay”.
