Terra de Asorei ofrece un producto criado en O Carballiño como es el "Nai e Señora"
Diez cosechas. Es el tiempo que lleva en el mercado esta bodega de Meis, Terra de Asorei, que pese a su juventud atesora nada menos que sesenta hectáreas de viñedo con una edad que va desde los diez a los ochenta años. ¿Cómo lo han conseguido? Porque aunque la marca es joven, la experiencia de sus socios tiene un larguísimo recorrido, en algunos casos mayor que la propia denominación de origen a la que pertenecen: Rías Baixas.
Cada uno de los seis socios mantiene su propia personalidad, incluso sus propios vinos en el mercado. Pero en este trabajo conjunto que emprendieron cuando la crisis económica auguraba malos tiempos para la viticultura gallega, han creado no solo un modelo empresarial, también su propio catálogo de vinos. Terra de Asorei es el que lleva la marca de la casa. Un homenaje al escultor cambadés que retrató en piedra a los grandes de la cultura y la ciencia gallega: el aviador Loriga, García Barbón, Curros Enríquez, Manuel Quiroga, Ramón María Aller...
En esa misma línea de vincular vino y cultura, la bodega acuñó otra de sus marcas, la que traemos hoy a esta sección y que revela el apego a sus raíces: Nai e Señora. Se trata de un Albariño monovarietal, como Terra de Asorei. Pero en su elaboración se manejaron otros conceptos, más vinculados al carácter atlántico del Albariño históricamente elaborado en las bodegas tradicionales del Salnés. Es el fruto de una selección de uvas procedentes de cepas cuyo emparrado casi mira al mar directamente. La mineralidad, la acidez, su afrutada boca, su frescura, se hacen patente en el paladar, pero vienen precedidas de una revelación aromática que ya manifiesta ese carácter tan singular de los vinos de la zona.
No resulta fácil conseguir este vino en Galicia, aunque se puede comprar en alguna tienda online y en la propia bodega. La razón, la misma crisis que empujó a sus socios a crear esta sociedad, los movió a manejarse por los mercados internacionales y allí, fuera de nuestras fronteras, es donde venden casi el ochenta por ciento de sus 400.000 botellas que elaboran de madia cada año. La Galicia emigrante también se hace patente en el campo de sus vinos.
