Gastronomía

Nueva carta y vuelta a los orígenes de la cocina tradicional

Adega das Caldas comedor_resultado
photo_camera Adega das Caldas.
 La Adega das Caldas es un restaurante que nunca defrauda

Este es uno de los clásicos indiscutibles de Ourense. Su cocina es tan buena como magníficas son sus instalaciones: sus comedores, de invierno y de verano; el jardín, la taberna (en la que los miércoles hay callos y los preparan la víspera para que estén en su punto cuando llegan a la mesa)... y por supuesto, una bodega que está muy bien pertrechada de vinos de todas las denominaciones de origen gallegas y de las más representativas de España.

Con el cambio de temporada, ahora que llega el otoño, han decidido acometer también un cambio en la carta, dándole una vuelta a los orígenes. Su objetivo, subrayar más el valor de los productos más emblemáticos de la cocina gallega, algunos de los cuales se presentan al estilo tradicional y otros, con una vuelta de tuerca. Por ejemplo, Alex, su nuevo jefe de cocina, prepara un gallo en pepitoria que es todo un prodigio, con la elaboración clásica a la pepitoria de un gallo de la raza autóctona gallega más emblemática, la Galiña de Mos, pero luego presentado en forma de lingote, con su carne desmenuzada y ligeramente prensada.  O las fabas de Lourenzá con almejas de carril, como las que vemos en la fotografía, que es otro de los platos primordiales en el que se ensamblan los sabores de la costa sur de Galicia y de la huerta de la Mariña Lucense.

A mayores de la carta, durante la semana retoman el menú ejecutivo, por 18 euros, que también mantienen esa misma filosofía de defender los valores de la cocina gallega a partir de su materia prima, eso sí, bien trabajada por un equipo de cocina que lo integran cinco profesionales de larga trayectoria.

 La Adega es un restaurante que nunca defrauda.

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