Desde el lanzamiento del revolucionario iPhone en 2007, apenas ofrecen novedades que supongan un salto a la hora de impulsar definitivamente un cambio generacional.
Tras unos años en los que los diferentes fabricantes han impulsado y mejorado sus productos orientados a la comunicación móvil, hay un claro estancamiento a la hora de una esperada revolución tanto en tecnología como en usabilidad de estos dispositivos.
La mejora de procesadores, de ahorro de energía y de capacidades de imagen y sonido de los teléfonos móviles no esconde una realidad en la que estos terminales, desde el lanzamiento del revolucionario iPhone en 2007, apenas ofrecen novedades que supongan un salto a la hora de impulsar definitivamente un cambio generacional.
La tendencia del mercado en los últimos meses ha sido la de apostar por pantallas más grandes, resoluciones cada vez más altas y desproporcionadas en relación con ese tamaño y cámaras más perfeccionadas. Sin embargo tanto Android como iOS, los sistemas operativos dominantes, apenas ofrecen novedades más allá de la optimización de determinadas aplicaciones.
La tecnología NFC tampoco ha obtenido los resultados esperados a la hora de su uso cotidiano entre los usuarios, y salvo los avances en encriptación y seguridad de los terminales nada ha cambiado de manera práctica en unos dispositivos cada vez más cercanos a las tabletas informáticas (reproductor de música, de películas, agendas y contenido online) que a meros teléfonos móviles.
Todo parece indicar que el nuevo cambio del mercado llegará finalmente en 2016 con la aparición de los primeros terminales con pantalla flexible. Poder doblar los terminales y otorgarles nuevas formas supondrá una revolución tanto a la hora de utilizar estos productos como en el aumento de ventas.
Samsung, que ya ha experimentado un primer paso con su pantalla s semicurvadas en su modelos Galaxy Note y la gama Galaxy S6 Edge, intentará tener en unos meses listo un modelo con pantalla plegable, además de presentar tablets que dispongan de la posibilidad de curvarse para hacerlas más cómodas en el uso doméstico.
La integración de los dispositivos móviles en el hogar y en el trabajo es el otro punto llamado a cambiar para siempre el sector. El terminal móvil debe ser, según Intel y Microsoft entre otras, un dispositivo que permita realizar cualquier tarea, sea laboral o de ocio, independientemente del momento y del lugar. Las conexiones inalámbricas y los servicios de datos en la nube jugarán un papel fundamental en esta revolución.
