La realidad se viste de telenovela, con actores y el lenguaje flamígero. Al capo del narcotráfico mexicano, Joaquín Guzmán Loera, el Chapo Guzmán, le encandilaba Kate del Castillo
La realidad se viste de telenovela, con actores y el lenguaje flamígero. Al capo del narcotráfico mexicano, Joaquín Guzmán Loera, el Chapo Guzmán (58), le encandilaba Kate del Castillo (43), una actriz fronteriza en esos mundos edulcorados de primera hora de la tarde, a la que el narco, tanto o más que a sus propios negocios, no perdía detalle. “El me atravesaba con la mirada, yo me sentía morir”, cuenta ella del afamado encuentro con el narcotraficante. Su propósito -asegura- era hacer una película sobre su vida, antes que otros la contaran por él.
La historia es sorprendente; en el fondo, aunque seas un tipo desprendido con la vida de otros, llevas la tuya bien provista del piel y huesos. La actriz hizo relato en una misiva publicada por el semanario El Proceso; antes, en un polémico tuit de 2012, ella le había invitado a traficar con amor; todo muy en la línea en alguien que anunció que tenía más confianza en el narco que en el presidente del Gobierno de México, Peña Nieto. No era de extrañar que con esos precedentes las autoridades judiciales le pincharan los teléfonos. “Nuestro proyecto -la película- también va a servir para resarcir de alguna manera a las víctimas del crimen organizado”. “Tienes un gran corazón, amiga”, le decía él.
El encuentro, el pasado 2 de octubre, en Cosalá, Mexico, donde la actriz mejicana acudió en compañía del ínclito actor Sean Penn, aunque en el relatorio, no da demasiadas pistas de lo acontecido en la cena, salvo que los protagonistas se quedaron solos. “Su mirada, que no me había quitado de encima, se clavó aún más en la mía. Mini-infarto, me quería morir”, cuenta la actriz.
Lo cierto, es que el galán, al que muchos, más allá de delincuente sanguinario, no dudan en calificar un pagafantas contemporáneo, había hecho por su amada “La reina del sur” una operación delicada en sus genitales, para que el riego sanguíneo fluyera como debe. También -cuentan- que la actriz recibió un adelanto de 2´5 millones de dólares, de los 5 previstos para filmar la vida del Chapo, y así, “resarcir a las víctimas del crimen organizado”; “Mi intención siempre fue hacer una película, tenía dos opciones: quedarme callada o hablar, y decidí hablar”. y seguro que no miente. Al Chapo en esta película le sobró protagonismo.
