LITERATURA

Resacas

Un librazo de Diego Ameixeiras que, la verdad, siendo ourensano y escribiendo como escribe, no entiendo que no tenga una plaza con su nombre si los Suaves la tienen. 

La anterior semana me la pasé sobre el sofá y bajo la manta. ¿Por qué? Porque tenía uno de esos libros que son mejores que todo: que una serie, que una peli, que las colegas, que una cita, que bailar a Michael Jackson… Un librazo. Es de Diego Ameixeiras que, la verdad, siendo ourensano y escribiendo como escribe, no entiendo que no tenga una plaza con su nombre si los Suaves la tienen.

El libro es “Tres Segundos de Memoria”, ganó el premio Xeráis del 2006 y es increíblemente divertido a la vez que inteligente. Creo yo que le ha salido tan bien porque está escrito desde las tripas y luego pasado por la cabeza. Vamos que, para mí, ese día de resaca con el que abre el libro es tan real como que ustedes existen. Así que yo, envidiosa y ensimismada, me he puesto a darle vueltas a las cosas que contaría en un primer capítulo como ese.

Pienso en mi último despertar de resaca. Me levanté con un brazo dolorido y la mano magullada: me contaron que una tía del doble de mi tamaño y a la que no conocía me había zarandeado, amenazado e insultado por acercarme a hablar con su novio (novio en cuestión, por favor, no me busques en el facebook ni me mandes mensajes de madrugada si tu novia abulta el doble que yo: necesito las manos en forma para teclear estas columnas); me encontré con un jersey que no era mío y que juraría que llevaba puesto un chico con el que había estado bailando: me contaron que prácticamente se lo quité del cuerpo tras obligarle a bailar conmigo;  me faltaban diez euros que dejé en la salita justo antes de irme a dormir la mona: para eso no hubo explicación.

Pero aunque, una y otra vez, mando toda esta información de las tripas a la cabeza, no me sale nada. Igual el problema no está en las tripas ni en la cabeza, sino en la mano, que como sigue dolorida, no teclea bien. Así que mientras espero a que se cure y rezo por no volver a encontrarme a la novia guardaespaldas, buceo por la bibliografía de Ameixeiras por si me encuentro algún otro libro igual de increíble que “Tres Segundos de Memoria”.

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