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Tras el San Martiño rodaron las cabezas

Cacheiras

Además de la clásica del cerdo blanco, hoy día es posible adquirir también la de Porco Celta y la de Cerdo Selecta criado con castañas, que Coren comercializa, aunque en estas épocas del año es casi como la búsqueda del tesoro

El frío y la sal constituyen los principales aliados para que la carne semicurada del cerdo se conserven en el punto óptimo y no vengan las moscas a fastidiarla. El cambio climático se ha convertido también en un problema para esto, que solamente salvan en las elaboraciones industriales en las que las cacheiras, los tocinos, costillas, pancetas y demás partes de la anatomía del cerdo son conservadas en cámaras frigoríficas. Muchos han sustituido la artesa de salar por e congelador y claro, el sabor no es el mismo.

Hay quienes sostienen que la cacheira es la parte por excelcencia del cerdo y no debe de faltar en un cocido. De hecho, en una cacheira  o cachucha no solo tenemos la cabeza en el sentido total del término, también las orejas y el morro, la papada y otras partes, cada una de ellas con su parte de grasa y de carne en proporción diferente  Actualmente la oferta de cacheiras no solo es amplia en número, también en variedades. Además de la clásica del cerdo blanco, hoy día es posible adquirir también la de Porco Celta y la de Cerdo Selecta criado con castañas, que Coren comercializa, aunque en estas épocas del año es casi como la búsqueda del tesoro, porque las pocas que llegan a las carnicerías y charcuterías, se acaban en muy poco tiempo.

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