MÚSICA

“She´s a Rainbow”, adiós a Brian Jones

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photo_camera "She´s a Rainbow”, 1967.

El alcohol, las drogas, lo tenían subido a una esfera que no paraba.

Ni Richards ni Mick Jagger, él llegó antes. Dick Taylor se había ido, Brian Jones se apodera de The Rolling Stones; o eso creía. Era el mismo multiinstrumentista de siempre, entusiasta de todas las músicas, pero su cabeza giraba ya alocadamente sobre el eje.

El alcohol, las drogas, lo tenían subido a una esfera que no paraba. De fiesta en fiesta siempre a lomos de un Rolls-Royce Silver Cloud y de la modelo Anita Pallenberg a su lado, se pensaba el reclamo perfecto. Brian se había hecho músico contra la voluntad de sus padres, de niño adoraba a Charlie Parker, el blues, y lo tocaba todo. En 1967, reinaba la psicodelia; la competencia con The Beatles semejaba una batalla perdida. Los de Liverpool sacaron "Sgt. Pepper's”, en junio; en diciembre "Their Satanic Majesties Request”, sino réplica, sí sería una respuesta, un disco extraño, más en ellos, aferrados hasta entonces a la música negra norteamericana.

Brian estaba molesto, tras el éxito de The Beatles con McCartney y Lennon, su compañía y su productor. Andrew L. Oldham, pretendían hacer réplica con Richard y Jagger; la deriva personal, unida al carácter introvertido y paranoico de Jones, lo hacían ya imprescindible. El octavo disco de la banda fue un fracaso lleno de buenas intenciones. Sólo "She´s a Rainbow”, una balada con el acompañamiento al piano de Nicky Hopkins y el melotrón de Jones, se salvaba. Jagger se vuelca en la interpretación, entusiasta y colorista, le da una gran credibilidad. Es como un regreso de otro planeta, como si  de la negritud pasásemos a la luz, las flores y el amor. Pero todo aquello, rematada la grabación, a Jagger le resultaba huérfano de florituras. John Paul Jones, entonces un desconocido músico, le aporta unos excelentes arreglos de cuerda.

La canción no superó ningún ranking, pero resuena hoy tan brillante y misteriosa como entonces. 

Tras el paso por la cárcel. encarcelado por posesión de cannabis, el coco de Jones ya no resistía más. En la banda buscaban la excusa para deshacerse de él, definitivamente en 1969, antes Richard se llevaría a Pallenberg, la novia. El 3 de julio de 1969, lo encontrarían muerto en la piscina de su granja. "Ella -la vida- es un arco iris”, seguro que llegó a pensar,   

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