El destino

Todos los caminos llevan a Ourense

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En la capital de la provincia confluyen las dos variantes de la Vía de la Plata, un itinerario que recoge la ruta interior de Portugal y el camino de la Raíña Santa. Muchos peregrinos escogen Ourense como punto de partida para cumplir los cien kilómetros de recorrido 

En Ourense se produce el encuentro de todas las variantes de la Vía de la Plata. La ortodoxa, que va por Laza, Vilar de Barrio y Xunqueira de Ambía; la variante de Verín, que dejamos en el capítulo anterior en Xinzo, y el ramal que desde la frontera verinense de Feces, entra desde Portugal, convirtiéndose en uno de los caminos portugueses del interior a Compostela. Todavía incluirá uno más, el que cruza la Via Nova, siguiendo la ruta de la Raiña Santa, la reina Isabel de Aragón y Sicilia, casada con el rey portugués Don Dinís, cuya vida se desarrolló entre los años finales del siglo XIII y los primeros del XIV. Conocida por su vida piadosa, que contrastaba con la de su augusto esposo –que tuvo siete hijos naturales además de los dos que le dio su esposa la reina española-- dio muestras de generosidad durante el reinado que compartió con su esposo. 

Al enviudar, hizo dos peregrinaciones a Compostela. En uno de ellos hizo entrega de su corona real al obispo compostelano a cambio de unos sencillos hábitos de monja de la orden de las clarisas, que vistió al ingresar el un convento en Santarem. Tiempo después se iría a otro convento a Coimbra, donde falleció y fue enterrada con el bordón de peregrina. El camino sigue el trazado de la Vía XVIII desde Braga hasta Bande. Pasa por las mansiones de Aquis Originis en Lobios después de cruzar Portela de Homen, y luego llega a aquis querquernis. De aquí sigue por el municipio de Verea hasta Celanova. 

Siguiento la variante de Verín que dejamos hace quince días en Xinzo, el viaje sigue por un tramo llano de 8 kilómetros, camino de Sandiás. Además de la Torre do Castro, resto de una de las fortificaciones que defendían este territorio de las que ya vieron los peregrinos otros ejemplos anteriores, desde el punto de vista religioso, el monumento arquitectónico por excelencia en este tramo de nuestra etapa va a ser la iglesia de San Esteban, Santo Estevo. Estamos ante uno de los más hermosos ejemplos del renacimiento gallego, con ciertas influencias del estilo manuelino portugués.

La reina Santa siguió esta ruta cuando estos montes estaban llenos de bosques y los castillos de Vilanova dos Infantes, de O Castro, A Porqueira, etcétera se encontraban en pleno esplendor en este lado de la provincia de Ourense, una tierra con la mayor concentración de fortalezas en la Edad Media. Celanova ya era un centro religioso importante y los dominios de su monasterio se extendían por buena parte de la provincia e incluso la traspasaban.

Santa Isabel de Portugal, San Rosendo… y San Munio, el santo Anacoreta que aquí donde hoy está esta iglesia de estilo románico ojival, vivió y murió. 

Estamos ahora en el término municipal de A Bola y desde aquí, el camino puede seguir hasta Allariz


Allariz


Con sus calles en las que se conserva la esencia medieval de esta villa, con una gran riqueza patrimonial y artística, con museos como el de la iconografía, o el del juguete, Allariz es en sí mismo un destino para cualquier viajero. Así que, invitamos al peregrino que ha elegido esta variante que disfrute ahora de un descanso a orillas del Arnoia o bien que reponga fuerzas con los riquísimos dulces de almendra que son la especialidad de sus numerosas pastelerías.

La etapa de Allariz a Ourense es cómoda, con una longitud de poco más de 22 kilómetros. El recorrido se realiza por pequeñas aldeas, del rural alaricano, cruzando por Santa Mariña de Aguas Santas, que se encuentra a menos de hora y media de viaje desde el núcleo urbano de Allariz, legua y media que dirían los peregrinos de hace unos siglos. El itinerario nos lleva a cruzar el término municipal de Taboadela, también poblado por pequeños núcleos rurales, algunos con muy pocos vecinos. Y desde aquí hasta San Cibrao das Viñas, donde confluye con el camino que viene por Xunqueira de Ambía. Cruzar el polígono industrial no tiene mucho atractivo para el peregrino, pero sí la comodidad de un tramo fácil y llano. A partir de dejar atrás el alto do Cumial, el recorrido hasta Ourense es ya cuesta abajo. Desde San Breixo de Seixalbo, los peregrinos pueden divisar la ciudad, que ya prácticamente se extiende hasta aquí. 

En el casco histórico, además del albergue, el viajero podrá disfrutar de una gran concentración de arquitectura religiosa, desde la Catedral hasta las iglesias de Santa Eufemia, Santa Mariña Nai, y por supuesto el emblema de la ciudad: las Burgas.

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