CON BUENA LETRA

Virginia y Alicia

A veces te gustan los libros de un autor y a veces, lo que te gusta es el autor, que implica que te gustan sus libros, pero es mucho más

A veces te gustan los libros de un autor y a veces, lo que te gusta es el autor, que implica que te gustan sus libros, pero es mucho más: te gusta su forma de pensar, su biografía, su época… Eso es lo que me pasa con Virginia Woolf. Me gustan sus libros, su forma de entender la literatura, el círculo de intelectuales liberales que frecuentaba, su infancia, su barrio, sus neuras… hasta su depresión y su suicidio me gustan.

Cambio. Alicia Giménez Bartlet. Es conocida por ser la autora de “Petra Delicado”, una serie de novela negra con una poli como protagonista. A pesar de que a mí las protagonistas duras me van mucho, el único caso del personaje que leí me dejó indiferente: la Petra esa no me pudo dar más igual, la verdad.

Pero voy un día y me doy de narices con el título de Bartlet – en clara alusión a “Una habitación propia” de Woolf –  “Una habitación ajena”. Me tiro de cabeza al libro para encontrarme con la historia, mitad ensayo, mitad ficción, de la doncella de Virginia Woolf y su peculiar relación con la escritora. Y de pronto, si tengo que elegir, me cae mucho mejor la doncella protagonista, Nelly, que la neurótica señora, Virginia, siempre dando la mala con sus depresiones y sus libritos.

Y así me hallo, dividida en mis lealtades: ¿es lícito que la Woolf me caiga bien como escritora pero no como personaje? Esto es confuso. Decía yo que a veces a uno le gustan los libros de un autor y a veces lo que le gusta es el autor. Pues me desdigo. Los libros (buenos) son perfectos pero los autores, no, ¿por qué?, porque son personas: neuróticas, deprimentes y susceptibles de ser estudiados y despojados de su halo por una Bartlet de la vida.

Que ahora es mi favorita. 
Hasta que alguien escriba un libro sobre ella. 
 

Te puede interesar