EL PARTIDO DE LA SEMANA

Los centímetros mandan en el Santa María - Val de Lemos

Ourense. 12-12-2015. Maristas-Lemos, partido de baloncesto. Paz
photo_camera La formación de Maristas con su entrenador Javier Acevedo.

El Val de Lemos impuso su mayor fortaleza física a un Santa María más rápido pero falto de contundencia bajo el tablero

En baloncesto, más aún cuando se trata de categorías de formación en sus primeros años, la diferencia de kilos pesa.. y mucho además.

El Val de Lemos impuso así, ante Santa María, la altura y contundencia de sus dos mejores bazas durante 40 minutos ante un equipo colegial superior en velocidad y técnicamente, pero extremadamente limitado bajo el tablero ante los movimientos y contundencia en zona de los monfortinos.

Igualdad extrema con un cuarto, el primero, para el equipo de Maristas, un segundo para Lemos, y dos empates en tercero y cuarto. Igualdad sí, pero marcada por la más que evidente superioridad física de los que a la postre firmarían en Ourense la segunda de sus victorias.

Si a esto se une además cierta relajación defensiva por momentos de un equipo colegial lanzado en el primer cuarto, con ganas de correr en el inicio, menos intenso después aunque sin perder nunca la cara; el resultado es una sesión vibrante, de constantes alternativas  y tan igualada, salvo bajo tableros, como la clasificación del grupo marca.

Dos no pelean si uno no quiere, y así fue en un primer cuarto en el que  los locales se asentaron con comodidad sobre el campo, rehuyendo los monfortinos el ritmo que Santa María impuso a la contra. Local fue así el control del balón, del juego y del primer parcial, sobreviviendo Lemos gracias a una fortaleza interior que ya aventuraba problemas para los jugadores de Javier Acevedo (18-11).

Si local fue el primer cuarto, claramente visitante se presentó el segundo, sabiendo colocar Monforte a sus dos mejores opciones en un trabajo de desgaste y puntos en la zona ante el que los colegiales poco o nada pudieron oponer, limitando su ventaja y retirándose al descanso dos por debajo (28-30).

Esa misma diferencia reflejaba el marcador al final de un tercer cuarto en el que los locales apelaron de nuevo a la velocidad, igualando en fases marcador y juego ante un Val de Lemos que, mostradas ya sus armas, no logró sin embargo despegarse.

Del 38-40 del final del tercero al 51-49 superado el ecuador del último parcial se llegó tras buenas selecciones bajo canasta de los visitantes, rápidas contras de los locales y errores, muchos en ambos, para acabar imponiéndose Monforte en un final tan intenso como ajustado en cifras, marcador y juego.

Condicionantes y riesgos en cancha

Condicionar un partido tiene sus riesgos, muchos, más aún cuando éste viene ya condicionado desde el inicio.

De condicionantes hablamos cuando la escasez de árbitros en Ourense lo hace en no pocas ocasiones cada jornada, y es a eso mismo a lo que referirse cuando esa escasez obliga a direcciones capadas en número y es un solo colegiado el que dirige encuentros entre aquellos aún en edad de aprender con su buen ejemplo y decisiones.

Arbitrar no es sencillo -realidad incuestionable-, mucho menos aún cuando la jornada obliga a hacerlo sin binomio adecuado -evidente e indiscutible-, el trabajo se complica más incluso cuando al hacerlo colocación y decisiones se empeñan tozudamente en cuestionar autoridad y ejemplo -inaceptable-; e incluso más cuando la tercera de tus decisiones se pelea con la inmediata anterior, se enfrenta a la segunda, evidencia el manifiesto error de la primera y pone en riesgo la cuarta que vendrá y las siguientes...

Ourense es, y así ha sido durante muchos años, ejemplo de buen hacer arbitral. Tan cierto como que la escasez de nuevos valores hace que la preparación sea cada vez más corta, el interés menor, y el desarrollo del necesario legado formativo -llámeme tonto, pero sigo creyendo en el árbitro/formador del que se aprendía en cada partido-, un espejismo tan lejano como necesaria la mejora.

Te puede interesar