Dos esquís y agua. Un binomio que es complicado que no guste a todo el que prueba. Casi medio centenar se apuntaron a la actividad organizada por +Deporte y diez de ellos fueron los afortunados de un sorteo que, por exigencias del guión, obligaba a hacer un criba. Todos salieron contentos.
"Este es un deporte muy exigente porque es de tanta intensidad que diez minutos seguidos ya te dejan baldado, pero a la vez es muy bonito y muy divertido. Engancha", el que lo asegura es el secretario de la Federación Gallega, Javier Pamies. Sabe de lo que habla y ayer, junto a su hijo Gonzalo, fueron los encargados de dar las nociones básicas a los asistentes.
Los más peques sufrieron un poco más. Lógico al necesitar de una capacidad física que permita resistir el empuje del motor que tira del esquiador y a la vez de la potencia para mantenerse sobre los esquís. Fueron los primeros en atreverse y en caerse al agua.
También se cayeron los mayores, pero todos acabaron disfrutando de sensaciones únicas. De los primeros metros de un deporte que seguro les deja ganas de repetir.
"Tiene un aprendizaje muy rápido y a poco que entrenas pasas ya a hacerlo solo con un esquí, que es el objetivo", asegura Pamies. Pues eso. La primera lección quedó aprendida y ahora toca seguir entrenando.
