Juan José Freán y Guillermo Ríos son las dos caras de la parte menos visible del mundo del baloncesto, en una profesión no siempre reconocida y que tiene al joven colegiado ourensano como a uno de los más prometedores a nivel nacional
Frente a frente dos generaciones. A la derecha, Juan José Freán, uno de los mejores árbitros que ha dado la provincia de Ourense. A la izquierda, Guillermo Ríos, quizá el más prometedor de una nueva generación de colegiados. En común, su pasión por el arbitraje.
En el caso de Juan José Freán (Ourense, 9/11/1962) su vocación nace por un paso en muchas ocasiones lógico. "Comencé jugando en el colegio, me dijeron en la Federación si quería arbitrar un partido, probé y al año siguiente ya empecé a pitar regularmente".
En un trayectoria amplia, con muchos éxitos deportivos y retirado de la competición desde la pasada campaña, Freán destaca que "lo mejor que me he llevado en todo este tiempo son las amistades cosechadas durante tantos años y a nivel deportivo, los ascensos a Primera B y arbitrar en máxima categoría femenina".
Sobre el descenso en las últimas temporadas del número de árbitros en la provincia, un problema que también afecta al resto de la comunidad gallega, el exárbitro ourensano considera que "es una cuestión de pérdida de practicantes de deporte a nivel general. Desde que apareció internet y esas cosas es más difícil que los niños hagan deporte, todo va en relación. Después del boom del 84, con las olimpiadas, hubo un gran crecimiento pero luego se paró. Aquí habíamos conseguido árbitros con la escuela pero desde que va a nivel gallego cambió la cosa".
En donde no tiene dudas es en el nivel de su compañero en esta entrevista, Guillermo Ríos. "Lo veo joven, asentado y humilde, que es muy importante para lograr ascensos y sumar experiencia. Él ha dado el paso más complicado, que es pasar de EBA a las listas FEB. Ahí le verán informadores y si pita como sabe tiene muchas opciones de seguir creciendo. Ojalá llegue a la máxima categoría" y hace un llamamiento a los jóvenes árbitros. "Guillermo es un ejemplo. Tiene todo para poder llegar y debe ser un espejo para los colegiados que empiezan".
Ríos, el presente
El presente y futuro del arbitraje ourensano tiene 22 años. Guillermo Ríos, con su juventud, ya se encuentra pitando en Liga Femenina y LEB Plata, toda una declaración de intenciones para un joven árbitro sobrado de talento.
En Madrid, disfrutando del nacimiento de su nuevo sobrino, Ríos, de familia futbolera, llegó al baloncesto sin haberlo practicado antes. "En mi casa son todos de fútbol, incluso yo jugué. Sin embargo, cuando lo dejé, buscando la forma de seguir ligado al deporte vi en el arbitraje el mejor lugar. Recuerdo que envié un correo a la Federación y esa semana ya hice una mesa. Al año siguiente, con 16 años, ya estaba arbitrando".
Seis años después, tras muchos partidos y en una escalada merecida, en cuanto a categorías, Guillermo ya está a las puertas de la élite. Antes de su debut, habló con ilustres veteranos de Ourense "auténticos ejemplos", como Fran Huete o el propio Freán, que le aconsejó "ser yo mismo y no tener pájaros en la cabeza. Me dijo que tenía que pelear por conseguir el respeto en la cancha con mi arbitraje y seguir trabajando. Fueron palabras de mucha ayuda y las aplico siempre".
Espejo de muchos a nivel gallego, el joven ourensano lo tiene claro sobre la problemática del arbitraje en la autonomía. "Tenemos que fidelizar a los árbitros. Se está intentando potenciar desde dentro y creo que poco a poco lo estamos consiguiendo".
Consciente del reto que se le presenta y sobre sus expectativas a medio plazo, Ríos muestra su enorme madurez. "Ahora mismo estoy en el grupo 1 de arbitraje y mi mayor reto es consolidarme. Hay que marcarse metas a corto plazo y por eso ahora mismo no pienso en otra cosa que estar asentado en LEB Plata y Liga Femenina. Obviamente que quiero seguir creciendo pero eso tiene que surgir del trabajo y el esfuerzo".
Guillermo Ríos, un ourensano en el camino correcto para ser un referente y un ejemplo, tanto dentro del arbitraje como para las nuevas generaciones provinciales.
