La maleta de Manuel Pérez siempre tiene un hueco reservado para los trofeos. Por lo que pueda pasar. Y es que el kickboxer ourensano, de 16 años, sigue con su progresión. A pesar de vivir sus primeras semanas como júnior, donde se medirá a rivales de 17 o 18 años, Pérez ha comenzado de la mejor manera la temporada. Triunfo en la European Cup de Croacia en la modalidad de kicklight en la categoría de -69 kilos. “Fue la primera competición de la temporada. La afrontamos como una prueba, no íbamos con la idea de sacar medalla. La idea era bajar a 63 kilos, pero no lo conseguimos porque no estaba en mi mejor momento para el corte de peso. Fuimos al grupo de 69 kilos para probar, para ver la categoría de cara a estos próximos años”, explica.
En tierras croatas afrontó dos competiciones. En light contact “empecé ganando un par de rondas, llegué a cuartos y peleé contra el número 1 del mundo. Ahí perdí por dos o tres puntos. Estuvo muy bien, me encontré cómodo. Luego me apunté en la modalidad que hice durante todo el año pasado, kick light, donde se puede golpear el muslo. Empezamos ganando a Bulgaria, rival fuerte. En semis, contra Chequia, gané bastante cómodo y me metí en la final contra el campeón del mundo de modalidad de ringsport. Sabíamos que era un rival muy difícil, muy pegador, que tenía más nivel que yo. Así que, con mi esquina, hicimos un planteamiento muy bueno, con un plan claro. Fuimos perdiendo casi todo el combate por 2-3 puntos. Y los últimos 20 segundos apretamos con todo, le di una patada en la cabeza y tuvo una cuenta de protección. Nos pusimos por arriba. Quedaba un segundo, estaba corriendo y le pegué otra patada. Ganamos por la mínima”, destaca el ourensano.
Un “subidón” un tanto inesperado que le anima a seguir trabajando duro. “Entreno, en época de competición, tres horas al día compaginando con los estudios. Entreno en Turbo, con Manu Míguez, y en casa trabajo físico y técnica, también observando a los rivales. Hay vídeos de los que están bien posicionados en el ránking, se pueden seguir, ver como son y como pelean”.
Para este año de transición se marca como objetivos “traer para casa todas las medallas posibles, aunque sea una prioridad. Es un año de asentarse bien en la categoría, de saber lo que es ser júnior. Seguir en la selección española y conservar la ayuda y consideración de deportista de Alto Nivel del CSD, que fue una alegría y una ayuda muy grande”.
Por el momento, el inicio ha sido muy bueno. La siguiente parada llegará a mediados de marzo en Ámsterdam para seguir compitiendo, disfrutando y, quién sabe, ganando.
