El agua de la traída en Verín llega turbia a casas y negocios

Los arrastres de ceniza, ramas, troncos ardidos y tierra hacia el cauce del río Támega, a su paso por los municipios de Laza y Castrelo do Val, ya se dejaron notar en el servicio de abastecimiento a la población de Verín
El agua salía ayer en los grifos de las viviendas y negocios de hostelería con un aspecto turbio, lo que provocó que parte de la población no la utilizase para el consumo y optase por comprarla en supermercados e incluso desplazándose a abastecerse a los manantiales y fuentes públicas.

La situación generó un aluvión de llamadas telefónicas en la oficina de la adjudicataria del servicio de abastecimiento, Espina y Delfín, donde aseguraban en la mañana de ayer que el líquido elemento es totalmente potable y apta para el consumo. Eso sí, la empresa intensificó el tratamiento químico en la estación depuradora, situada en las márgenes del río Támega, del que se abastece la población, para eliminar impurezas. También cambió los filtros en la estación de bombero para evitar la entrada de materia orgánica.

En el propio Concello, reconocía que el agua estaba llegando en mal estado a las viviendas y negocios, aunque aseguraban que esta situación se produce cuando llueve después de un periodo de sequía.

El río discurre, como dio a conocer ayer este periódico, con un aspecto negruzco a causa de los arrastres que ocasionaron las lluvias de las últimas jornadas en los montes que fueron pasto de las llamas durante el mes de octubre. Los restos de ceniza incluso son visibles a la altura de la playa fluvial en pleno casco urbano de Verín y donde está la captación de agua para el abastecimiento.
Los arrastres también enturbiaron el agua en traídas de Monterrei y Oímbra.

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