La Hidrográfica del Duero recibió quejas de su homónima lusa por la contaminación del Támega
Suspenso, pero no por los pelos, sino con un "muy deficiente". Esa es la nota que Augas de Galicia ha otorgado al funcionamiento de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Verín en un informe fechado el pasado 16 de julio. Con el agravante de que esa misma instalación fue objeto de protesta formal elevada desde la propia confederación lusa encargada de la gestión del Támega a su homónima española, la Hidrográfica del Duero, como así lo confirmó el regidor municipal, Gerardo Seoane, después de asistir esta semana a una reunión en la sede de la anterior en la capital vallisoletana.
Fue el presidente de la Cámara Municipal de Chaves quien formuló las oportunas reservas, tras comprobar el estado de las aguas que recibían en la vecina localidad portuguesa.
Las quejas transmitidas desde Portugal a las instituciones españolas se fundamentan en la contaminación del agua del río, que no sólo se acredita en el hedor fácilmente perceptible si se recorre su cauce siguiendo el caudal hacia la frontera con el país vecino, sino que además tiene en el mencionado informe de Augas de Galicia su justificación documental.
El jefe del departamento de explotación de este ente público, Juan Pablo Barrio, recomienda que "se mellore a conservación e mantemento dos equipos e da instalación, que se atopa actualmente en moi mal estado". Basa su argumentación en varias deficiencias, entre ellas, la necesaria sustitución de conducciones por unas de mayor tamaño que eviten atascos, otras bombas más resistentes y de mejores prestaciones, e incluso realizar la reparación de sistemas electrónicos que registran lecturas negativas de las horas, cuando los equipos están realmente en funcionamiento.
La actual depuradora de aguas residuales de Verín -ubicada cerca de Oímbra- fue construida a mediados de los años noventa y en la actualidad depura también los vertidos de Castrelo do Val y Monterrei. Su gestión está adjudicada a una empresa concesionaria que debe encargarse de su mantenimiento, por el que percibe un canon de 16.000 euros mensuales.
