Las instalaciones ferroviarias de A Vilavella (A Mezquita) se convirtieron en el principal barrio del pueblo cuando hace tan sólo dos meses estaban prácticamente abandonadas. El cambio lo propiciaron las constructoras de la línea del tren de alta velocidad (AVE), que ocuparon con sus oficinas parte de la explanada y el edificio destinado a albergue. La propia estación es ahora un amplio restaurante, con terraza para fumadores incluida, que gestiona la empresa hostelera Aguinchos S.L.
El uso de los inmuebles fue cedido por el Inorde, que recauda 3.000 euros al mes en alquileres. Su gerente, José Manuel Rodríguez, se desplazó ayer a la zona para que ocho vecinos de la localidad conocieran sus nuevas viviendas, puestas a punto tras rehabilitar el viejo poblado ferroviario. 'Las casas tienen 113 metros cuadrados y los inquilinos las ocuparán por 150 euros al mes', explicó Rodríguez. La rehabilitación de la vieja estación requirió una inversión de 1.155.800 euros. José Manuel Rodríguez se mostró satisfecho con la iniciativa 'porque las obras del AVE darán mucho movimiento económico a toda la zona', apuntó.
La explanada de la estación estaba ayer llena de vehículos (una estampa inusual), todos pertenecientes a trabajadores y técnicos del AVE.
La explanada de la estación estaba ayer llena de vehículos (una estampa inusual), todos pertenecientes a trabajadores y técnicos del AVE.
