La V edición del Festival Internacional de Curtas se clausuró ayer premiando a trabajos de Bélgica, Canadá, Suecia, España y uno 'made in Galicia' y con sello verinense. En el acto de cierre del FIC Vía XIV 2020, se puso de relieve la labor del audiovisual durante el confinamiento, donde se hizo "imprescindible".
El palmarés de esta edición, celebrada bajo un estricto protocolo de seguridad anti-covid, concedió el premio al mejor corto en la categoría "Outra mirada" fue para "Bos", un trabajo dirigido por Steffen Geypens. "Jamila", un corto sueco realizado por Sophie Vukovic, se alzó con el premio al mejor corto en la categoría "Horizontes".
"Eco", del director madrileño Aito de Miguel, se llevó el premio en la categoría "A Raia", mientras que "Je finirais en prison", de Alexandre Dostie, hecha en Canadá, recibió el premio en la categoría "Nova". El premio del público fue para "Feitizo", un corto con sello de la villa del Támega, dirigido por los jóvenes Álexz González y Patricia Porto. El jurado también otorgó una mención especial, en la categoría "A Raia", a "Néstor", del portugués Joao González.
El teniente de alcalde de Verín, Diego Lourenzo, destacó que "nos últimos meses, todos vimos de vivir momentos nos que o argumento de "A peste" foi a nosa propia existencia: a solidariedade que renace, a importancia dos achegados, a fortaleza da familia e dos nosos como piar para resistir, sentimentos que xa serán sempre parte do noso propio filme". Lourenzo destacó que el audiovisual "nos intres de illamento obrigado con nós mesmos fíxose imprescindible, coma un faro para dirixir o contido de cada xornada".
Por su parte, el director del FIC Vía XIV, Carlos Montero, afirmó. que la decisión de celebrar esta quinta edición "fue una verdadera odisea", e incidió en que "la cultura no debe detenerse" y en que "solo los soñadores mueven montañas", haciendo suya una cita de "Fitzcarraldo".
En cuanto a asistencia, hubo seis sesiones y actividades paralelas que colgaron el cartel de completo lo que, según Montero, demostró que era acertado cambiar la fecha del festival –que solía hacerse en diciembre–.