El jueves 4 de noviembre del 2021, sobre las 17,00 horas, el conductor de un todoterreno oscuro -según testigos presenciales- embistió a un setter en la rotonda de Queizás, conexión entre la autovía A-52 y la N-532, y se dio a la fuga. El perro se interpuso en el trayecto del conductor, este tuvo que frenar y dio la vuelta para ir a por el can. Una mujer paró su vehículo y auxilió al perro, al que llevó a una clínica veterinaria donde no pudieron hacer nada por salvarle la vida –se ahogaba en su propia sangre-.
La noticia conmocionó a toda la comarca de Monterrei ya que el setter era conocido por todos los que transitaban por la zona. Sobrevivía por la bondad de los vecinos y los transeuntes que le dejaban comida. Tras tres días buscando al causante de lo sucedido, la lluvia de mensajes, la aportación de los testigos y la movilización por redes sociales, el conductor del todoterreno fue identificado. “Denunciamos los hechos y gracias a los testigos fue localizado el señor y ya está imputado, ahora toca esperar al juicio”, explica Nieves Gascón, la presidenta de Pro Animales Verín.
Este no es el único caso de maltrato animal y abandonos que se produjo últimamente en la comarca. Recientemente, la protectora encontró dos camadas de cachorros recién nacidos. El primer caso fue una camada abandonada en el monte de seis cachorros, donde sobrevivieron tan solo tres de ellos. La dueña fue imputada. En el segundo caso se desconoce al autor del abandono y también aparecieron en el monte. Sobrevivieron cuatro de seis perros, y tres de ellos ya se dieron en adopción. “Este último caso es de los más extremos que hemos visto, calculamos que llevaban dos o tres días sin comer ni beber”, apunta Gascón.
Y es que la presidenta de la protectora clasifica a la comarca como “un punto negro de abandono y maltrato animal”. Si bien es cierto que cuando estalló la pandemia los casos de abandono y maltrato disminuyeron, con la vuelta progresiva a la normalidad se ha vuelto a detectar un aumento en el número de abandonos y maltrato.
Asimismo, Pro Animales Xinzo denunciaba hace unas semanas públicamente el estado de “abandono, desnutrición y enfermedad” de varios animales en una granja de Calvos de Randín –mastines, varios cachorros y una podenca-. Un hecho que generó una importante respuesta ciudadana en la red –se recolectaron sacos de pienso y alimentos para los animales- que terminó, en palabras de la agrupación animalista, por hacer “entrar en razón” al dueño de los canes, quien decidió otorgar la custodia de los cachorros y de un mastín a una persona particular –que está ejerciendo de casa de acogida- y quedarse él con las hembras. Sin embargo, desde Pro Animales aseguraron que seguirán de cerca la evolución de las perras. En este sentido y siempre según la agrupación, el dueño se comprometió a “darles cuidados veterinarios y comida”. Según fuentes de la Guardia Civil, el Seprona interpuso –tras visitar la granja en varias ocasiones- una denuncia administrativa ante la Consellería de Medio Ambiente por las malas condiciones higiénicas y sanitarias que presentaban los animales, además de desnutrición; apuntando, no obstante, que en las últimas inspecciones habían notado una “mejoría de los perros”.
