Los siete candidatos a suceder en la Presidencia irlandesa a Mary McAleese apuran hoy las últimas horas de campaña antes de que el electorado de este país, poco más de tres millones, acuda este jueves a las urnas.
El empresario independiente Seán Gallagher, el gran favorito, deberá poner a prueba la fortaleza del apoyo de en torno al 40 % que le otorgan los sondeos, después de que los otros aspirantes hayan lanzado esta semana ataques contra su persona.
El más duro lo ha protagonizado el Sinn Fein, cuyo candidato, Martin McGuinness, le acusó el pasado lunes de estar implicado en un supuesto caso de tráfico de influencias.
McGuinness, tercero en las encuestas, ha asegurado que Gallagher recibió en 2008 una donación de 5.000 euros para el entonces gobernante partido Fianna Fáil procedente de un empresario condenado después por contrabando de combustible.
Esa cantidad de dinero sería la tarifa que varios hombres de negocios pagaron para poder asistir a un evento organizado por Gallagher, según el Sinn Fein, en el que tendrían acceso al entonces primer ministro irlandés, Brian Cowen.
El candidato independiente dijo en un primer momento que no recordaba aquel episodio, aunque ayer ya pasó a negarlo categóricamente.
Asimismo, en los últimos dos días también se ha negado a explicar por qué recibió hace dos años de una de sus compañías un préstamo libre de intereses de 82.000 euros, algo que, según la legislación irlandesa, es ilegal.
El candidato del Partido Laborista y segundo favorito en los sondeos, Michael D. Higgins, ha pedido a su rival que aclare el asunto de las donaciones lo antes posible.
En este contexto, queda por saber cómo afectarán estas cuestiones a la popularidad de Gallagher, que según una última encuesta del pasado lunes, obtendría un 40 % de los votos, mientras que el apoyo del líder laborista se sitúa en el 25 %.
A cierta distancia les sigue, con un 15 % Martin McGuinness, el ex ministro principal norirlandés y antiguo dirigente del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA).
