La comunidad internacional, reunida en París, mostró hoy su respaldo al actual Gobierno libanés para que mantenga el calendario de transición previsto y para que afronte los problemas derivados del conflicto de la vecina Siria.
El Grupo Internacional de Apoyo a Líbano reunió en el palacio del Elíseo a los representantes diplomáticos de las principales potencias mundiales, un encuentro que estuvo marcado por la tensión entre occidente y Rusia derivada de la situación ucraniana.
Aprovechando que estaban todos en París, los jefes de la diplomacia multiplicaron los encuentros bilaterales para analizar la crisis ucraniana, aunque en el encuentro multilateral solo se habló de Líbano, según confesó al término de la reunión el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manual García-Margallo.
El encuentro de París, presidido por el presidente francés, François Hollande, y su homólogo libanés, Michel Sleimane, contó con la presencia de los responsables de la diplomacia de Estados Unidos, John Kerry; Rusia, Sergei Lavrov; Alemania, Franck Walter Steinmeier, y del Reino Unido, William Hague, entre otros.
En lo referente a este país, los presentes acordaron "mantener el apoyo internacional, sólido y coordinado, al Líbano, para que pueda afrontar los problemas que pesan sobre su seguridad y estabilidad", según se desprende de la declaración final.
"La situación de Líbano está afectando a toda la región, en primer lugar a Siria pero también al proceso de paz de Oriente Medio", afirmó García-Margallo.
La crisis siria se extiende a Líbano, donde multitud de refugiados se han instalado, lo que obliga a afrontar un duro desafío humanitario.
La cumbre de París pidió que se aceleren las donaciones acordadas por la comunidad internacional en Kuwait el pasado 15 de enero, al tiempo que conminó a las autoridades de Beirut a cooperar en ese terreno con la ONU.
En el terreno institucional, el Grupo expresó su respaldo al nuevo Gobierno libanés, anunciado el pasado día 15 y expresaron su voluntad de diálogo con el primer ministro, Tamam Salam, al que prometieron ayuda para afrontar "los problemas económicos, de seguridad y humanitarios".
En este sentido, el Grupo consideró "crucial para la confianza y la estabilidad del país" que se celebren en el plazo previsto las elecciones presidenciales y legislativas.
Agradecieron el esfuerzo del presidente Sleiman para "preservar la soberanía, la unidad y la estabilidad" del Líbano y le pidieron que preserve el diálogo para preservar al país de las repercusiones del conflicto sirio.
El Grupo condenó los ataques terroristas que golpean a Líbano y pidió que sus responsables sean juzgados, al tiempo que se comprometió a aportar su apoyo para estructurar una "respuesta global" y reforzar sus fuerzas de seguridad.
También se comprometieron a apoyar a las fuerzas armadas libanesas.
Margallo se felicitó de las conclusiones del encuentro y aseguró que "España no podía permanecer indiferente" a la situación que atraviesa Líbano.
"Hemos hecho un enorme esfuerzo en todos los terrenos, en el militar, tenemos allí 1.100 efectivos y se han producido once bajas mortales. Pero también en el humanitario, dentro de nuestras posibilidades económicas", aseguró el jefe de la diplomacia española.
En particular, Margallo destacó la cooperación para la institucionalización del país, dentro de un programa destinado a "exportar las buenas prácticas, la buena gobernanza en Líbano, un país que necesita la institucionalización urgentemente".
"Líbano tiene un Gobierno nacional y todos los países estamos dispuestos a ayudar, a aliviar la presión financiera y a formar a las fuerzas armadas y de seguridad que le den nervio al país", aseguró.
