El embarazo de la hija de 17 años de Palin protagoniza la segunda jornada

Bristol, hija de Sarah Palin, con un bebé en brazos en la convención republicana. (Foto: EFE)
La polémica en torno a la candidata republicana a la presidencia de EEUU, Sarah Palin, se convirtió en la protagonista de la Convención Republicana y obligó a los oradores a incluir encendidas defensas de la gobernadora de Alaska.
La revelación de que la hija de 17 años de Palin, Bristol, está embarazada y va a casarse con su novio, ha desembocado en una cascada de informaciones sobre el historial de la gobernadora.

Los medios de EEUU publicaban hoy, entre otras cosas, que Palin ha contratado a un abogado privado para que la represente en la investigación sobre un presunto abuso de poder en un caso que incluye posibles presiones para que su ex cuñado fuera despedido como agente de la policía.

Otras revelaciones incluyen que su esposo fue detenido por conducir ebrio cuando tenía 22 años y que militó en el Partido Independentista de Alaska.

También se ha publicado que Palin, que ha hecho bandera de su lucha contra los poderes establecidos, recibió donaciones de compañías similares a las que patrocinaron a senadores en entredicho, legales pero que empañan su imagen de independiente.

Las revelaciones han hecho que algunos hayan expresado sus dudas sobre el cuidado que se puso al seleccionarla como compañera de equipo del candidato republicano, John McCain, una decisión que sólo se conoció el viernes pasado.

También dan alas a quienes, como la campaña demócrata, acusaron a McCain de tomar decisiones precipitadas y de no ser de fiar en momentos de crisis.

El candidato republicano, de campaña electoral en Filadelfia, se vio obligado a defender su decisión y afirmar que el proceso de selección fue exhaustivo y que estaba 'agradecido por los resultados'.

Sus correligionarios se apresuraron a cerrar filas. Hoy, el primer día 'normal' en la convención después de que el huracán 'Gustav' obligara a una jornada exenta de discursos políticos el lunes, se suponía que el protagonismo correspondería al lema 'servicio'.

En su lugar, la mayoría de los oradores dedicó parte de su discurso a cantar las excelencias de Palin.

La primera dama, Laura Bush, recordó que si vence la candidatura republicana, Palin será la primera mujer vicepresidente de EEUU.

Quizás la defensa más encendida correspondió al actor Fred Thompson y ex rival de McCain en la primarias.

'A los demócratas no les parece suficiente una mujer que trabaja de veras como gobernadora en vez de aparecer en los telediarios y los programas de entrevistas en Washington', sostuvo.

El senador alineado con los republicanos Joe Lieberman, que cerró el turno de oradores, aseguró que Palin 'es una reformista que ha arremetido contra los intereses especiales y ha pasado por encima de las diferencias de partido'.

Quien no tuvo protagonismo fue el presidente de EEUU, George W. Bush, que habló fuera del bloque principal de oradores y desde Washington, en una intervención retransmitida vía satélite, de apenas ocho minutos.

Bush aseguró hoy que la vida del candidato republicano a sucederle, John McCain, le ha 'preparado' para ser 'el próximo presidente de EEUU'.

El presidente recordó los años como prisionero de guerra pasados por McCain y aseguró que si entonces sus guardianes no lograron quebrarle, 'nada en este mundo lo hará'.

Igualmente, declaró que EEUU necesita 'un presidente que entienda las lecciones del 11 de septiembre del 2001', cuando fueron cometidos los atentados en Nueva Yrok, Washington y Pensilvania.

'Para proteger a EEUU, debemos permanecer a la ofensiva, detener los ataques antes de que ocurran y no esperar a sufrir otro atentado', declara Bush, antes de añadir que 'el hombre que necesitamos es John McCain'.

Los aplausos que recibieron al presidente puso de manifiesto el dilema de McCain en este cónclave de los republicanos.

Bush es un presidente muy impopular entre los votantes, y su aceptación se encuentra en torno al 30 por ciento, pero entre las bases conservadoras republicanas aún se le ve con muy buenos ojos.

Durante toda su campaña, McCain ha tenido buen cuidado en evitar que se le asocie con Bush.

Obama ha basado parte de su campaña en asegurar que un triunfo de McCain el 4 de noviembre equivaldría a un tercer mandato de Bush.

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