El escándalo de las escuchas apunta al gabinete Cameron

El ministro de Cultura del Reino Unido, Jeremy Hunt, a su salida del Tribunal Supremo en Londres. (Foto: Andy Rain)
El caso de las escuchas ilegales vuelve a rondar al primer ministro británico, David Cameron, después de que su exjefe de prensa fuese imputado por perjurio y su ministro de Cultura admitiese ayer favoritismo hacia los Murdoch.
En su comparecencia ante la comisión que investiga la relación entre políticos y periodistas, el ministro de Cultura, Jeremy Hunt, defendió ayer su capacidad de juzgar la oferta de compra que Rupert Murdoch lanzó en 2010 sobre el canal de pago BSkyB pese a multitud de mensajes, de ánimo o informativos, que intercambió con miembros de su equipo.
Hunt aseguró ante el juez Brian Leveson que su imparcialidad sobre esa opa, finalmente retirada por el magnate en julio de 2011 tras el estallido del escándalo de las escuchas en uno de sus periódicos, no se vio socavada por el hecho de que privadamente la apoyaba.

reuniones y mensajes
Durante su comparecencia ante la investigación creada a raíz de ese caso, admitió que había intercambiado mensajes y se había reunido con James Murdoch, hijo del empresario, y otros ejecutivos de News Corporation antes y después de ser designado supervisor de la operación de compra. Cuando el 21 de diciembre de 2010 la Unión Europea autorizó en términos de competencia la adquisición de la totalidad de BSkyB, de la que News Corp. ya tiene un 39%, el ministro conservador envió un mensaje al joven Murdoch que decía: 'Grandes noticias'.
Ello no impidió que el primer ministro británico nombrara ese mismo día a Hunt encargado de la operación, tras despojar de esa responsabilidad al ministro de Empresa, el liberaldemócrata Vince Cable, quien había expresado en privado su oposición a la misma. Cameron, que hasta ahora defendió la integridad de su ministro de Cultura -a cargo también de los Juegos Olímpicos de Londres-, deberá explicar en una próxima comparecencia su decisión de nombrar a Hunt para juzgar esa polémica transacción.
El asunto de las escuchas ilegales y de la connivencia entre políticos y medios de comunicación amenaza cada vez más con salpicar directamente al primer ministro, cuyo amigo personal y antiguo jefe de prensa, Andy Coulson, fue imputado anoche de perjurio en relación con el caso de los pinchazos telefónicos. Coulson fue de 2003 a 2007 director del 'News of the World', el periódico que Murdoch se vio obligado a cerrar el pasado 10 de julio tras la detención de varios empleados por pinchar los teléfonos de famosos. A raíz de ese escándalo, el magnate tuvo que retirar su opa de 10.000 millones de euros por BSkyB, al tiempo que Cameron puso en marcha la comisión Leveson ante la que será llamado a declarar.

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