Dos hombres fueron acusados hoy de llevar a cabo el tiroteo que el pasado jueves dejó trece personas heridas, entre ellas un niño de 3 años, en un parque de la ciudad estadounidense de Chicago, informó el diario Chicago Tribune.
Bryon Champ, de 21 años, y Kewane Gatewood, de 20, ambos oriundos de la ciudad, han sido acusados de tres cargos cada uno por intento de asesinato y agresión agravada con arma de fuego, por los que comparecerán ya este martes ante las autoridades judiciales.
De los 13 heridos, todos afroamericanos, el niño Deonta Howard, de 3 años, se recupera de un disparo que recibió en la cara y necesitará cirugía plástica.
El superintendente de Policía de Chicago, Garry McCarthy, informó de que el arma utilizada en el ataque era de 'uso militar' y calificó de 'milagro' que nadie hubiera muerto.
Las autoridades indicaron que se trató de un nuevo caso de violencia entre pandillas en la ciudad, en concreto a las tensiones entre las pandillas Black P. Stones y Gangster Disciples, ambas presentes en Las Empacadoras, uno de los barrios de Chicago con mayor concentración hispana.
El año pasado Chicago registró 535 homicidios, y en lo que va de 2013 se cuentan casi 300 muertes.
Según cifras de la Policía, entre el 75 % y el 80 % de los asesinatos cometidos en Chicago se pueden atribuir a la actividad de unas 600 pandillas.
De los 13 heridos, todos afroamericanos, el niño Deonta Howard, de 3 años, se recupera de un disparo que recibió en la cara y necesitará cirugía plástica.
El superintendente de Policía de Chicago, Garry McCarthy, informó de que el arma utilizada en el ataque era de 'uso militar' y calificó de 'milagro' que nadie hubiera muerto.
Las autoridades indicaron que se trató de un nuevo caso de violencia entre pandillas en la ciudad, en concreto a las tensiones entre las pandillas Black P. Stones y Gangster Disciples, ambas presentes en Las Empacadoras, uno de los barrios de Chicago con mayor concentración hispana.
El año pasado Chicago registró 535 homicidios, y en lo que va de 2013 se cuentan casi 300 muertes.
Según cifras de la Policía, entre el 75 % y el 80 % de los asesinatos cometidos en Chicago se pueden atribuir a la actividad de unas 600 pandillas.
