La monarca ofreció una cena de Estado, la tercera con la que agasaja a un presidente de EEUU

Isabel II despliega todos sus fastos para recibir a Obama

La reina Isabel, Obama, Michelle y Felipe de Edimburgo, en el palacio de Buckingham. (Foto: MIGUEL ANGEL)
El Reino Unido, con su reina Isabel II a la cabeza, desplegaron ayer todos sus fastos y protocolo para recibir por todo lo alto al presidente de EE.UU., Barack Obama, en la primera jornada de su visita de Estado.
Obama y su esposa, Michelle, despidieron la jornada con una cena de Estado ofrecida por la reina Isabel II de Inglaterra, tan sólo la tercera con la que esta soberana, que celebró un centenar de ellas en su vida, agasaja a un presidente estadounidense. El presidente estadounidense comenzó su jornada con una ceremonia de bienvenida en los jardines del palacio de Buckingham, donde los Obama estuvieron acompañados de la soberana británica, su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, el heredero del trono, el príncipe Carlos, y la esposa de éste, Camila, duquesa de Cornualles.

Obama pasó revista a la guardia de honor de la reina, al mando del comandante Rory Shannon, mientras desde el cercano Green Park los cañones hacían sonar 41 salvas. En la Torre de Londres le hacían coro otras 62. Previamente, los Obama habían tenido ocasión de saludar en privado a los recién casados duques de Cambridge, el príncipe Guillermo de Inglaterra, segundo en la línea de sucesión, y su esposa, Catalina, con los que departieron unos minutos. Se da la circunstancia de que los Obama ocuparán durante su estancia de dos noches en el palacio de Buckingham la misma suite de seis habitaciones en la que los recién casados pasaron su noche de bodas el pasado 29 de abril.

Tras un almuerzo informal con la soberana, los Obama visitaron la colección de arte del palacio, donde tuvieron ocasión de contemplar el diario personal del rey Jorge III en el que admitía que 'América se ha perdido' y expresaba la importancia de comerciar con el nuevo país y mantener lazos cordiales en el futuro.

También se desplazaron al número 10 de Downing Street para una reunión informal con el primer ministro, David Cameron, y su esposa, Samantha.

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