El jefe torturador del Jemer Rojo conocerá mañana el fallo de la apelación

Bou Meng (derecha) y Chum Mey, los dos únicos supervivientes aún vivos de la prisión del jemer rojo denominada 'S-21' (Foto: EFE)
El Tribunal Internacional de Camboya emitirá mañana el fallo de la apelación del jefe torturador del Jemer Rojo, Kaing Guek Eav, condenado en julio de 2010 a 35 años de cárcel por la muerte de unas 16.000 personas en la prisión de Tuol Sleng, de la que fue su director.
Kaing Guek Eav, alias Duch, fue declarado culpable por las Cámaras Extraordinarias de las Cortes de Camboya (CECC), nombre oficial del tribunal, de crímenes contra la Humanidad y crímenes de guerra por la tortura y asesinato de los miles de prisioneros que pasaron por el centro, también conocido como S-21.

La pena fue reducida a 30 años por el tiempo de detención ilegal que pasó sin juicio por orden de un tribunal militar, entre 1999 y 2007.

En el caso de que los jueces mantengan la misma pena, Duch deberá cumplir 17 años de cárcel tras haber pasado ya casi 13 entre rejas.

Duch, de 69 años, recurrió la sentencia y pidió la absolución a pesar de haber reconocido su culpabilidad en los crímenes.

'Insisto en decir que soy responsable del sufrimiento de personas en el S-21 (...) Pido perdón por las almas de las personas que murieron en el S-21 y pido a las víctimas que acepten mis excusas y que me concedan su perdón', aseguró durante la vista de apelación celebrada el pasado marzo.

Sus abogados mantuvieron entonces que el tribunal auspiciado por Naciones Unidas no tiene jurisdicción para procesar a su cliente, ya que consideran que este no fue un destacado cargo del régimen ni responsable directo de los crímenes cometidos dentro de la prisión, en la que, de acuerdo a esto, se limitó a cumplir órdenes.

La Fiscalía ha recurrido también la sentencia y ha pedido la cadena perpetua, conmutable por no menos de 45 años, a pesar de que en un principio pidieron 40 años al valorar la colaboración mostrada durante el proceso por el acusado, al que ahora califican de 'oportunista'.

'Es muy raro que un tribunal de apelación aumente una sentencia, especialmente en derecho internacional', aseguró a Efe Clair Duffy, observadora de la organización Open Society Justice Initiative.

En la víspera del fallo, decenas de supervivientes y familiares de las víctimas se congregaron en la antigua cárcel de Tuol Sleng, convertida desde hace décadas en el Museo del Genocidio.

'El tribunal debe hacer justicia y sentenciar a Duch a cadena perpetua', dijo hoy Bou Meng, uno de los pocos supervivientes de la prisión, después de ofrecer incienso en un pequeño altar rodeado de calaveras y huesos.

Otros lloraron al recordar a sus seres queridos torturados y pidieron que los jueces sean más duros con el antiguo director del centro de torturas.

'Su crimen es enorme y debería ser sentenciado a muerte, aunque si la ley camboyana no lo permite, al menos que pase el resto de su vida en prisión', clamó Um Piseth, mostrando una foto de su cuñada, arrestada y asesinada en la antigua escuela.

La sentencia a Duch pondrá el punto final al primer proceso de las Cámaras, que se encuentran sumidas en una crisis por la falta de fondos para pagar a sus empleados camboyanos, y por el bloqueo del Gobierno de Camboya al nombramiento del nuevo juez internacional de instrucción y a la apertura de nuevos casos.

Duch es el primero de entre los destacados cargos del Jemer Rojo implicados en las atrocidades cometidas durante el régimen que causó la muerte de al menos 1,7 millones de personas, entre 1975 y 1979.

Otros tres acusados -el ideólogo y número dos de la organización, Nuon Chea; el ex ministro de Exteriores,Ieng Sary; y el exjefe de Estado, Khieu Samphan- se sientan desde el pasado noviembre en el banquillo del tribunal.

La exministra de Asuntos Sociales, Ieng Thirith, de 76 años y esposa de Ieng Sary, también está acusada, pero fue declarada incapacitada para ser juzgada por el Alzheimer que padece.

Thirith permanece en prisión bajo supervisión médica.

Pol Pot, máximo dirigente del Jemer Rojo, murió en abril de 1998 en la base de la guerrilla situada en Anlong Veng, en el noroeste de Camboya.

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