La Plaza Tahrir y sus alrededores, escenario de nuevos enfrentamientos entre policía y manifestantes

Al menos cuatro muertos y un millar de heridos en El Cairo

Tres manifestantes trasladan a un compañero herido durante la jornada de protestas en El Cairo. (Foto: MOHAMED OMAR)
Egipto dio ayer un paso más hacia el caos que ya domina las calles del centro de la capital, totalmente fuera de control, en los graves enfrentamientos entre cientos de manifestantes y la policía, pese a los llamamientos impotentes de las autoridades a la calma.
La ira desatada el pasado miércoles tras la tragedia del estadio de Port Said, donde murieron 74 personas, no disminuye con el paso de las horas; más bien al contrario. Los hinchas radicales del club Al Ahly, uno de los equipos implicados en la batalla de Port Said, son la punta de lanza de los manifestantes que se enfrentan con fiereza a las fuerzas de seguridad, que responden con abundante material antidisturbios.

La escalada de la violencia llevó a los jóvenes a prender fuego a la sede de los servicios de impuestos inmobiliarios, un importante edificio administrativo situado en la confluencia entre las calles Mohamed Mahmud y Mansur.

Los disparos de gases lacrimógenos, pelotas de goma y balines provocaron efectos devastadores entre los manifestantes, cuatro de los cuales murieron durante la jornada, dos de ellos en la ciudad de Suez. Según el Ministerio egipcio de Sanidad, más de mil personas resultaron heridas ayer, de las cuales 211 son policías.

La vanguardia de las manifestaciones está compuesta por cientos de ultras airados y deseosos de venganza, en muchos casos sin un discurso político definido y con cierta inclinación hacia la violencia nihilista.

La situación empeoró conforme se hizo de noche, lo que llevó a la Junta Militar a difundir un comunicado en el que generales pusieron el dedo acusador en 'partes extranjeras' que aseguran mueven los hilos de una conspiración para desestabilizar el país.

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