Muere Amou Haji, el hombre más sucio del mundo

Amou Haji, el ermitaño iraní que fue ungido por los medios como “el hombre más sucio del mundo”, murió a los 94 años, dos meses después de que accediera a lavarse por primera vez en décadas. Haji vivía aislado en Dejgah un pueblo de la provincia de Fars, fumando los cigarrillos que le entregaban otros ciudadanos, quienes intentaron sin éxito que su desaseado vecino se relacionara con el agua y el jabón, elementos que supo esquivar durante medio siglo por temor a enfermar. Paradójicamente, y tras ceder a las presiones de sus abnegados vecinos, Haji decidió lavarse. Poco después de ello enfermó y acabó muriendo murió el domingo.

Sin embargo, lo más probable es que su deceso estuviera relacionado con su dieta a base de carne podrida y agua en mal estado que bebía de una vieja lata de aceite. Vivía en un agujero dentro de una choza que le construyeron. Decidió decantarse por este estilo de vida debido a una serie de “contratiempos emocionales” cuando era más joven.

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