Tres muertos y varios heridos en el atentado contra un edificio de la Policía en Cali

Un bombero abandona el edificio contra el que se atentó. (Foto: Carlos Ortega)
Tres personas murieron y al menos otras 30 resultaron heridas anoche en un atentado con bomba perpetrado contra un archivo de la Policía colombiana situado en el centro de la ciudad de Cali, según fuentes médicas citadas por Caracol Radio.
Las autoridades municipales, sin embargo, aseguran que el número de heridos es menor, de unos cuatro. El presidente colombiano, Alvaro Uribe, apunta a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como autoras del ataque.

La bomba fue colocada poco después de las 22.15 horas del domingo (4.15 del lunes en la España peninsular) frente al edificio en el que se encuentra la sede policial. La explosión causó importantes daños materiales.

Tres de los heridos son policías, según confirmó el comandante de la Policía Metropolitana de Cali, general Gustavo Adolfo Ricaurte, en declaraciones a Caracol Radio. Entre ellos habría un mayor de apellido Báez que tendría una fractura en el antebrazo. Los otros dos uniformados heridos son agentes, uno de los cuales tuvo una fractura de maxilar y el otro heridas en una de sus manos.

Ricaurte explicó que los atacantes dejaron rodar una camioneta que transportaba la carga explosiva contra el edificio del archivo policial.

El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, informó de que un hombre que podría ser el autor del atentado resultó herido en la explosión y murió cuando era atendido. Posteriormente, se informó de la muerte de otra persona que había sido trasladada al Hospital Universitario del Valle con graves heridas.

Fuentes médicas indicaron que el número de heridos, en su mayoría por esquirlas o metralla, es alto. En el Hospital Evaristo García fueron internadas 18 personas, entre ellas cinco menores, aunque posteriormente dieron a varios de alta. En otros centros asistenciales se registró la llegada de por lo menos otras 12 personas heridas.

Sin embargo, las autoridades de la ciudad apuntaron a una sobreestimación del número de heridos que llegan a los hospitales y apuntaron a que puede que muchas personas aprovecharan el atentado para intentar obtener ayudas gubernamentales.

Tras el atentado se produjo un apagón que afectó a la zona, lo que obligó a las autoridades a redoblar sus esfuerzos para evitar la acción de saqueadores. El servicio fue posteriormente restablecido.

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