Los líderes mundiales destacaron el enorme trabajo del expresidente 'Madiba', su valor universal y capacidad de liderazgo

El mundo despide en Sudáfrica al gran defensor de la tolerancia y la igualdad

Jóvenes sudafricanos alzan sus manos durante el multitudinario servicio religioso oficial.  (Foto: HOLLANDER)
Los líderes mundiales ensalzaron a Nelson Mandela como una figura universal en la defensa de los derechos humanos y agradecieron a Sudáfrica el ejemplo de tolerancia y convivencia que dio al mundo tras la supresión del régimen racista del 'apartheid' que logró su expresidente.
Así lo atestiguaron ayer en el funeral oficial celebrado en el estadio de fútbol FNB de Johannesburgo ante decenas de miles de personas que pudieron escuchar las intervenciones del presidente de Estados Unidos, Barack Obama; el de Cuba, Raúl Castro; y la de Brasil, Dilma Roussef, entre otros mandatarios. España estuvo representada por el príncipe de Asturias y por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Entre los oradores, el que más entusiasmo despertó fue Barack Obama, quien al igual que Mandela en Sudáfrica, es el primer presidente negro de su país. El líder estadounidense, que estuvo arropado en las gradas por sus antecesores Bill Clinton y George Bush, y a quien los africanos consideran muy próximo por su raíces kenianas, agradeció a Sudáfrica que compartiera a Madiba con el resto del mundo. Muy ovacionado, y al contrario de otros discursos que fueron ignorados por el público, que prefirió en muchas ocasiones cantar, bailar o buscar famosos entre la grada VIP, Obama criticó que, en contra del legado de Mandela, todavía haya niños sufriendo de hambre, escuelas cerradas, gente perseguida por sus ideas políticas.


HISTÓRICO ENCUENTRO

Esd espíritu conciliador de Mandela pareció estar presente cuando Obama, al dirigirse al estrado, le estrechó la mano a su homólogo de Cuba, Raúl Castro, en un gesto sin precedentes entre los líderes de dos naciones en conflicto desde hace décadas.

El presidente cubano calificó por su parte a Mandela como un 'símbolo supremo de la lucha revolucionaria', y advirtió de que 'la humanidad no podrá responder a sus colosales desafíos sin una concentración de esfuerzos entre todas las naciones' como la que promulgó el exmandatario fallecido.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró que 'Madiba', a quien considera la personalidad 'más extraordinaria' del siglo XX, 'inspiró la lucha civil en Brasil y América del Sur'. En representación del resto de naciones que no pudieron intervenir en la ceremonia, a la que asistieron más de un centenar de jefes de Estado o de gobierno, habló el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien señaló al fallecido expresidente sudafricano como 'más que un gran líder de su país. Fue una de las grandes enseñanzas de la Historia', dijo el máximo representante de Naciones Unidas.

El oficio, que desilusionó a muchos de los asistentes por su excesivo carácter oficial y su escasa concesión a los rasgos que definen la cultura popular sudafricana, concluyó con un extenso, y en ocasiones abucheado, discurso del actual presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, en recuerdo a Mandela.

Cuatro horas después del inicio, el servicio religioso oficial concluyó bajo la lluvia como comenzó.

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