La ONU insta a los rebeldes tuareg a detener la violencia en Mali

El Consejo de Seguridad de la ONU ha instado hoy a los rebeldes tuareg a detener sus ataques en el norte de Mali, y ha alertado de la amenaza que supone para la región la presencia de la red terrorista Al Qaeda en ese territorio.

El Consejo ha emitido una declaración presidencial en la que expresa su 'respaldo a los esfuerzos' de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) por lograr 'el restablecimiento del orden constitucional', y reitera su firme condena del golpe de Estado en ese país.

'El Consejo de Seguridad renueva su petición para que se produzca la restitución inmediata del orden constitucional y del Gobierno elegido democráticamente, y para que se mantenga el proceso electoral previsto' en el país africano, señala el texto presentado por Francia y que fue aprobado este miércoles por unanimidad.

La declaración respalda las acciones tomadas por la CEDEAO, que decidió el lunes en Dakar (Senegal) imponer un embargo total contra la junta militar de Mali mientras no se restablezca plenamente el orden constitucional.

Esas medidas incluyen sanciones económicas, diplomáticas y financieras, y entraron en vigor el mismo lunes.

El Consejo de Seguridad condena 'enérgicamente' los ataques, saqueos y la ocupación de territorio por la fuerza perpetrados por los grupos rebeldes en el norte de Mali, a los que pide 'el cese inmediato de las hostilidades y todo tipo de violencia'.

Los quince miembros del máximo órgano internacional de seguridad, presidido este mes por Estados Unidos, exhortan a todas las partes en Mali a encontrar una solución pacífica a la situación mediante el diálogo político, al tiempo que destacan la importancia de que se respete la seguridad de los civiles y los derechos humanos.

'El Consejo de Seguridad está alarmado ante la presencia en la región del grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb islámico, que podría conducir a una mayor desestabilización de la situación de la seguridad', expresa la declaración presidencial, que también alerta del 'rápido deterioro de la situación humanitaria en el Sahel'.

En ese sentido, el Consejo pide una mayor movilización a la comunidad internacional para apoyar los esfuerzos humanitarios de las organizaciones humanitarias, y reclama a las partes implicadas en el conflicto que permitan el acceso de la ayuda a los civiles que la necesiten.

El pasado 22 de marzo el presidente Amadou Toumani Touré fue depuesto por un golpe de Estado protagonizado por militares malienses a los que se unieron tuareg e islamistas.

El detonante del golpe se considera que es la crisis en el norte del país, donde convive una rebelión secesionista tuareg con las actividades de la red terrorista Al Qaeda.

Tras más de dos meses y medio de violentos choques, en los que han perdido la vida centenares de soldados, los independentistas tuareg se han hecho con el control de la práctica totalidad de una región de 850.000 kilómetros cuadrados.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el Consejo de Seguridad de la ONU habían condenado ya en dos ocasiones la rebelión militar en Mali y exigido la restitución inmediata del orden constitucional y del Gobierno elegido democráticamente.

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