Una pareja de jóvenes japoneses de romántico viaje en la llamada Ciudad Eterna, Roma, ha denunciado al dueño de un restaurante turístico de la capital italiana que les cobró casi 580 euros por una comida de dos platos en los alrededores de la céntrica Plaza Navona.
Los novios nipones denunciaron por supuesta estafa al propietario del local, después de comprobar que en el recibo de su tarjeta de crédito figuraba, de verdad, la cifra astronómica (579,50 euros exactamente) que les pareció haber entendido mal a la hora de pedir la cuenta, informa el diario Corriere della Sera en su página web.
En el total de la cuenta por una comida en el restaurante turístico no sólo se incluía el precio de los platos y la bebida, sino que figuraban además 115,50 euros en concepto de pequeña propina que habían sido añadidos sin su autorización.
Tras protestar ante los responsables del local, situado en la calle Zanardelli, sin éxito alguno -los camareros insistían en que esos eran los precios habituales de la carta- la pareja se dirigió a la Policía, que poco después se personó en el establecimiento.
Los agentes, explica el Corriere della Sera, comprobaron que los precios aplicados a los dos japoneses no eran los que figuraban en su carta y, en vistas del estado del local, solicitaron un control sanitario.
En dicho control, los inspectores observaron graves carencias higiénico-sanitarias, entre ellas desperfectos en la estructura, espacios sucios y frigoríficos estropeados, por lo que dispusieron el cierre inmediato del restaurante.
En el total de la cuenta por una comida en el restaurante turístico no sólo se incluía el precio de los platos y la bebida, sino que figuraban además 115,50 euros en concepto de pequeña propina que habían sido añadidos sin su autorización.
Tras protestar ante los responsables del local, situado en la calle Zanardelli, sin éxito alguno -los camareros insistían en que esos eran los precios habituales de la carta- la pareja se dirigió a la Policía, que poco después se personó en el establecimiento.
Los agentes, explica el Corriere della Sera, comprobaron que los precios aplicados a los dos japoneses no eran los que figuraban en su carta y, en vistas del estado del local, solicitaron un control sanitario.
En dicho control, los inspectores observaron graves carencias higiénico-sanitarias, entre ellas desperfectos en la estructura, espacios sucios y frigoríficos estropeados, por lo que dispusieron el cierre inmediato del restaurante.
