El cronista local

La Alameda no existe

Me da una pena terrible cada vez que paso por la Alameda, o mejor dicho, por lo que queda de ella. Si ya es un estropicio ese armatoste provisional de la plaza que ocupa todo el paseo, las pocas zonas verdes que quedan son una carrera de obstáculos. Los pobres señores mayores tienen que saltar los charcos y las fochancas para sentarse en los pocos bancos que quedan libres. A ver si el Concello se pone las pilas, que a este paso quedamos sin parques.
 
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