Las rotondas construidas en la recta de la N-525 en el enlace con la autovía A-52 y con la carretera de Celanova siguen ejerciendo una extraña atracción hacia los vehículos, atrapándolos como si de una extraña red de araña se tratara.
Cada cierto tiempo aparecen las señales indicadoras por los suelos, lo que indica que el conductor se ha visto sorprendido, por lo que no estaría mal estudiar la forma de colocar alguna señal luminosa que lo evitara.
