Castrelo busca financiación contra la sequía y el arsénico

Una de las fugas del abastecimiento detectada en los últimos días.
photo_camera Una de las fugas del abastecimiento detectada en los últimos días.
El proyecto de un nuevo bombeo en el Miño supone una inversión de 1,5 millones de euros

El Concello de Castrelo de Miño busca la financiación para acometer el proyecto del nuevo bombeo de agua desde el río Miño. Una vez disponible el proyecto técnico, en el que la Xunta invirtió 60.000 euros, y de presentar los informes sectoriales para obtener las correspondientes autorizaciones, solamente falta conseguir 1,5 millones de euros que es lo que cuesta acometer la primera fase de las obras.

El alcalde, Avelino Pazos, confía en que obtendrá el apoyo de la Xunta y Diputación antes de que finalice este año 2022.

Dos son los objetivos que se pretenden conseguir con este proyecto, por un lado acabar definitivamente con la contaminación de agua por arsénico que afecta a una parte importante del municipio y que de manera provisional ha sido solucionado con una inversión de la Administración autonómica por importe de 400.000 euros; por otro, la sequía está afectando en gran medida a numerosos pueblos, a los que el Concello está llenando los depósitos utilizando cisternas de agua.

La intención del regidor municipal está en seguir utilizando las actuales captaciones en manantiales o pozos, pero disponiendo de una alternativa en el caso de que vuelva la contaminación de arsénico o la sequía.

Avelino Pazos tiene claro que una vez esté disponible el nuevo bombeo será necesario acometer una segunda fase para proceder a la sustitución integral de la red de abastecimiento. La antiguedad de las canalizaciones está provocando continuas fugas de agua, algunas superficiales y otras ocultas, lo que provoca grandes pérdidas. “Non se trata dun exceso de consumo por parte dos veciños, pero as roturas palos variacións de temperatura provocan as fugas nas conexións”.

Por ese motivo, el Concello ha puesto en marcha un plan de detección, que desarrollan los trabajadores municipales y la empresa Aquaourense. A principios de año comprobaron que se estaban perdiendo 170.000 litros de agua cada día. La prioridad con que se están realizando las reparaciones bajaba las pérdidas en junio a los 40.000 litros diarios. “Buscamos fugas cada 10 ou 15 días facendo un barrido por todo o municipio, porque as máis difíciles son as que están ocultas, e sempre aparecen algunhas, aínda que as pérdidas baixaron moito”, matiza el regidor.

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