La primera fase del proyecto de reforma se realizó en 2011 y la segunda está todavía sin concretar
El Museo do Papel, ubicado en la antigua fábrica, pasa a formar parte de las posesiones oficiales de la administración local. El último pago de la deuda que acumulaba el Concello por la adquisición de la propiedad, situada en A Lavandeira, se efectuó a finales del ejercicio anterior. El proyecto de rehabilitación de la estructura data de 2004, y sólo se ha ejecutado la primera fase del mismo. La primera opción que se planteó era la de dedicarlo a un museo didáctico pero fue modificada en alguno de sus términos y todavía no se concretó cual será su función final.
En marzo de 2014, el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Ourense ordenó a la Administración la compra de la propiedad o el desalojo de la misma. La edificación ya había sido adquirida por el Concello en el año 2003, pero no se formalizó legalmente ni se incluyó en el Registro, por lo que fue reclamada por sus antiguos propietarios a través de una denuncia en el juzgado. El importe total que debían abonar asciende a 690.000 euros, de los cuales 90.000 fueron condonados por la primera compra que ya se realizó. El gobierno municipal estableció tres plazos anuales de 200.000 euros cada uno, que se inició 2015.
El plan de rehabilitación de la fábrica fue elaborado por el arquitecto Manuel Gallego Jorreto. La zona mejorada fue la del antiguo secadero y el camino que sigue el curso del río, que se correspondía con la reforma secundaria. La mejora principal, en el edificio nuevo del Museo, no se ejecutó por falta de presupuesto y pasó a ser la última fase. Siguiendo el estudio inicial, el interior se dedicaría a una muestra didáctica de cómo era el proceso de creación del papel, con un paseo por las diferentes fases y con imágenes reales del pasado. Después de varias modificaciones al documento, todavía no se definió su utilidad.
Una tradición que se remonta a 1844
El arquitecto Juan Cendón levantó la Fábrica de Lavandeira y la de Lousado hacia el año 1836, bajo las órdenes de las familias Rivero de Aguilar y los De la Riva. Don Juan Bernardo Fernández, comerciante natural de Carballiño, tenía relación con estos grandes linajes gracias a su trabajo por toda Galicia. Adquirió la Fábrica de Papel el 19 de junio de 1844. Se trató de un subarrendamiento al arquitecto Cendón y a D. Francisco Fernández, por el que pagó 23.00 reales al año. Un incendio asoló las instalaciones cuatro años más tarde, aunque se desconoce la fecha exacta. Casi 180 años después, se pretende crear un museo para rememorar cómo era la actividad en el interior de sus paredes.
