El filme 'La última cima', que aborda la vida del sacerdote Pablo Domínguez, ha provocado 'innumerables conversiones'

Juan Cotelo: 'Los pequeños actos de amor ayudan a alcanzar la santidad'

El director Juan Manuel Cotelo, junto al presentador, Santiago Rodríguez. A la derecha, el público asistente a la película y el posterior debate.
El director y realizador de cine Juan Manuel Cotelo ha encontrado una exitosa fórmula para poner freno a la crisis de fe que vive la Iglesia en los tiempos actuales, sobre todo entre las generaciones más jóvenes. Se trata de una apuesta audiovisual, al estilo de las grandes superproducciones cinematográficas, que lleva por título 'La última cima' y que ayer se presentó, con la presencia de su mentor, en el Foro La Región.
El propio Cotelo reconoció a los espectadores, tras el visionado del filme, que desde su salida a los circuitos comerciales recibe 'numerosos mensajes a diario de jóvenes que, de repente, quieren hacerse sacerdotes o que les ha cambiado por completo su percepción sobre la Iglesia'.

El documental aborda la vida de Pablo Domínguez, un cura que se presenta como modélico, generoso y entregado. 'Las personas -también los periodistas- tenemos el mal hábito de destacar lo negativo de las personas, más que lo positivo. Se habla del corrupto, del asesino, del ladrón, del maltratador, del infiel... y se les exhibe públicamente sin piedad, pero a mí me gusta hablar bien de las personas buenas porque me trasmiten esperanza y alegría', explica el director. Quizás sea esta capacidad de captar lo mejor de las personas y saber transmitirlo con la misma intensidad lo que explica la buena acogida de la crítica, así como la difusión del documental, tanto en España como en el extranjero.

Del mismo modo, 'La última cima' ha podido 'transformar a las personas', apunta Cotelo, 'reconciliar a las parejas y demostrar que la Iglesia es amor de Dios a cualquier hijo suyo'. Como se relata en el documental, Pablo Domínguez era un apasionado del alpinismo, por lo que el director de la cinta hace un paralelismo entre alcanzar la cima de una montaña y alcanzar la santidad. 'Todos los que conocían a Pablo piensan que alcanzó la santidad mediante pequeños actos de amor, pero con una eficacia tremenda a la vez que silenciosa, y siendo siempre accesible y cercano', añade.

Una sencillez que también se refleja en el documental, al igual que la emoción que el sacerdote Domínguez transmitía a sus allegados convirtiendo su vida en una demostración de que 'cualquiera puede ser feliz y, sobre todo, hacer felices a los demás'.

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